Luego de que Milei estallara de furia y la responsabilizara sin nombrarla por el aumento de las dietas en la Cámara Alta, Villarruel aceptó dar de baja la medida. En la misma jugada, habilitó el debate para que también los salarios de los funcionarios del Gobierno y de la justicia tengan un tope. El proyecto es de Unión por la Patria y podría tratarse esta semana. La guerra fría en la cima del poder sigue escalando.
El vínculo entre los hermanos Milei y Victoria Villarruel sigue en cortocircuito. El escándalo por el aumento de las dietas de los senadores, que se conoció el lunes por la noche, no hizo más que avivar el fuego de una interna que no da respiro. Las presiones que ejercieron desde la Casa Rosada después de que se conociera la noticia hicieron que, por la tarde, la vicepresidenta anuncie un llamado a sesión para el jueves, en el que se debatirá el tema. Sin embargo,Villarruel sumó su pizca de maldad: en el pedido de sesión, además de poner el proyecto de resolución que dejará sin efecto la resolución que habilitó el aumento, propuso tratar un proyecto del presidente del bloque de senadores de Unión por la Patria, José Mayans, que dispone un tope máximo a la percepción de haberes «de las autoridades superiores de los tres poderes del Estado«, es decir, también del Poder Ejecutivo y el Judicial.
El día empezó con los ánimos caldeados en el oficialismo. El Presidente, la noche anterior, había publicado un extenso tuit en el que decía en tono indignado: “Expreso mi máximo repudio al vergonzoso aumento de sueldo que acaba de ocurrir en la Cámara de Senadores”, y adelantaba «no sé quién fue el responsable de semejante burla, pero quienes han avalado estos atropellos a los trabajadores sufrirán las consecuencias«. La vice salió a responder mediante historias de Instagram en las que intentó aclarar: «Es facultad de los senadores desengancharse o no de las paritarias de los trabajadores. Yo solo decido sobre las paritarias a los empleados».
El debate, sin embargo, no quedó ahí. En Casa Rosada estaban enfurecidos porque el aumento de las dietas en el Senado, en un contexto de brutal ajuste que están sufriendo las clases medias y bajas, no hizo más que caldear el clima social y generar insultos y enojo por parte, incluso, de muchos votantes de La Libertad Avanza que creyeron que el ajuste no lo iban a pagar ellos, sino «la casta».
Además, el aumento hizo que Villarruel vuelva a meter el dedo en la llaga y traiga a la memoria del Presidente la pelea que había tenido con ella por este mismo tema en abril de este año. En la reunión de gabinete que Milei encabezó el martes a la mañana en Casa de Gobierno, ella no estuvo. Tampoco en la foto posterior que el mandatario se sacó con sus ministros y secretarios en el balcón presidencial.
El vocero presidencial Manuel Adorni, muy cercano al mandatario y a Karina Milei, tras la reunión de gabinete dio una conferencia de prensa y se encargó de poner en palabras la postura del gobierno. «La doctora Villarruel tendrá sus razones para haber impulsado o no, en mayor o menor medida, el freno para que esto no se lleve adelante hoy o en abril. Para el Presidente fue un horror en abril y lo es hoy. No hay un hecho puntual que haya molestado más», dijo.
Luego, Adorni agregó: «La vicepresidente cobra un sueldo del Ejecutivo. El sueldo de ella, no importa lo que haga, está congelado de acuerdo a lo que rige para nuestros sueldos». Por último, disparó: «Si la doctora Villarruel podría haber hablado, o no, con los 72 senadores con los que convive todos los días de su vida es un tema que le tienen que preguntar a ella. Hay que preguntarle a ella por qué no se pudo frenar o evitar este escándalo. Entendemos la posición en su calidad de presidenta del senado y la convivencia que tiene que tener con el resto de los senadores, pero es una respuesta que tiene que dar ella».
Minutos más tarde, Villarruel publicó un tweet que decía: «Como Presidente del Senado convoqué a sesión especial el jueves a las 10 para que los senadores debatan sobre el aumento de sus sueldos. De frente y en forma pública. Nominalmente y exponiendo sus posiciones. Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política argentina en todos los órdenes y que nos tiene angustiados a los argentinos».
En un almuerzo en el Colegio de Abogados de Capital Federal, en tanto, Villarruel dio un discurso en el que aclaró que tiene «desacuerdos y diferencias» con el Presidente, pero que igual es su vicepresidenta y el apoyo «es total». Cerca del mandatario mascullan bronca y esperan que en algún momento ella les clave un puñal de manera definitiva. En ese mismo discurso ya dio señales: cuestionó la candidatura de Ariel Lijo para que sea Juez de la Corte Suprema, el candidato que eligieron Milei y su entorno.
El clima de la pelea interna también subió temperatura por el enojo que causó en Rosada la designación de Martín Lousteau como presidente de la comisión bicameral de Inteligencia. Mientras en el oficialismo discutían si el que tenía que ocupar ese lugar era el senador Edgardo Kueider, como quería Santiago Caputo, o Enrique Martín Goerling Lara, muy cercano a Villarruel y a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, entraron a jugar en tándem el radicalismo y UxP y se quedaron con la presidencia de esa comisión, que será clave para controlar los fondos reservados que Caputo consiguió para la SIDE.
La batalla, mientras tanto, también sigue en las redes sociales. Un terreno en el que LLA siempre se sintió cómodo, pero que, en el último tiempo, viene teniendo problemas. En medio de la interna entre Karina y la vicepresidenta, son varios los usuarios que se rebelaron y discuten la postura oficial de Casa Rosada. Critican sin piedad a la secretaria general de la presidencia y a su entorno, para defender a Villarruel.
Uno de esos usuarios, por ejemplo, escribió: «A Karina nadie la votó ni la banca y se mete para desplazar a la vice que todos votamos y es la más querida por la gente». Luego, subió una foto de Adorni y Karina Milei con el nuevo perro de raza Boyero de Berna en Casa Rosada y opinó: «¿Cómo no voy a bancar a Victoria? esta escena es patética mientras un millón de niños no cenan». En Balcarce 50 dicen que esas cuentas están siendo pagadas por alguien que los quiere perjudicar y que no se trata de votantes de Milei frustrados.