Eterna cantinela desde la derrota en las PASO, los rumores sobre el desembarco de Sergio Massa en el gabinete nacional son cada vez más ruidosos. «Solo falta la green card de Cristina», aseguró a este diario un dirigente que en el pasado ha funcionado como intermediador entre el presidente y la vice. Atrás quedaron, sin embargo, los tiempos de teléfono descompuesto entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, quienes en las últimas semanas han retomado una línea de comunicación directa y ahora analizan, en tándem, cómo relanzar el gabinete. El nombre de Massa resuena con fuerza, pero persiste la duda de cual sería su lugar: la Jefatura de Gabinete o un súper Ministerio de Economía que tenga bajo su órbita áreas como Turismo o Transporte. 

El ordenamiento interno es un rompecabezas difícil de acomodar porque en Casa Rosada saben que no pueden «tirar por la ventana» a Juan Manzur, el único gobernador que forma parte del gabinete, lo que hace inclinar la balanza especulativa en favor de un cargo en Economía. Por la noche, de todos modos, el tigrense salió a calmar los ánimos a través de sus redes sociales, asegurando que aún no le habían hecho ningún ofrecimiento y que se reuniría con el presidente «recién el viernes o el sábado».

«Va a haber un cambio de Gabinete. Alberto suele tomarse su tiempo, pero va a ser de acá al fin de semana», aseguró a Página/12 una alta fuente del gobierno nacional. Las versiones sobre el posible desembarco de Sergio Massa al gabinete nacional son tan viejas como el mismo Frente de Todos, sin embargo, en los últimos días, el Presidente y la vicepresidenta han estado discutiendo sobre cómo oxigenar el gabinete y ambos coinciden en que la incorporación del presidente de la Cámara de Diputados le daría mayor músculo político. 

No termina de haber acuerdo, sin embargo, sobre el lugar que el tercer socio de la coalición debería ocupar. CFK quiere que Massa ocupe el Ministerio de Economía y que el gobernador Jorge Capitanich vaya para la Jefatura de Gabinete. Alberto Fernández, mientras tanto, preferiría que Massa fuera para la Jefatura de Gabinete. Existe, además, un desacuerdo en el nivel de intensidad de los cambios a impulsar: la expresidenta, que tiene una mirada más dura sobre la situación social y económica, insiste en que se debe hacer un recambio integral del gabinete, mientras que Alberto considera que se debe hacer un ajuste más bien quirúrgico.

Más allá del debate interno, el apoyo de les dos Fernández a Massa implicaría la cesión del control de áreas claves. Ya fuera en el caso de que estuviera como jefe de Gabinete o súper ministro de Economía, el cargo de Massa implicaría una fusión de ministerios que quedaría bajo su órbita. Ese sería el caso de la cartera de Silvina Batakis, quien asumió en Economía hace solo tres semanas —y que, cabe destacar, tanto CFK como Massa como Alberto quieren mantener—, pero también la de Matías Lammens (Turismo), Alexis Guerrera (Transporte) y Darío Martínez (Energía). 

«Tampoco va a ser como pasar por el supermercado a agarrar lo que quiera», advirtió un funcionario del albertismo. En ese sentido, según pudo saber este diario, Alberto Fernández se resiste a entregar el Banco Central, a cargo de Miguel Pesce, y la AFIP, cuya titular es Mercedes Marcó del Pont, dos lugares que Massa había reclamado para sí cuando, luego de la renuncia de Martín Guzmán, el presidente le ofreció la cartera de Economía.

«Falta terminar de acomodar el rompecabezas», aseguró una fuente de Casa Rosada. La pieza más difícil, en este contexto, es el actual jefe de Gabinete, Juan Manzur. El gobernador tucumano en uso de licencia fue, luego de la derrota de las PASO, la gran ficha que aterrizó en el gabinete nacional para darle mayor «volumen político». Ahora, ocupa uno de los lugares que, tanto el presidente como la vice, consideran que hay que ajustar. El problema es que Manzur no tiene ningún interés en volver a Tucumán y cerca de Alberto Fernández reconocen que no hay muchos lugares para moverlo. Sacarlo del gabinete nacional sería una afrenta directa a los gobernadores, quienes ya están molestos por la falta de participación que tienen en la toma de decisiones (punto central de la cumbre que hubo en Casa Rosada con mandatario provinciales), por lo que habría que encontrarle otro destino. Cancillería fue una opción, pero Alberto Fernández no quiere perder a su mano derecha, Santiago Cafiero.

Las negociaciones continúan y en el Gobierno esperarán a que arribe Batakis a la Argentina antes de hacer algún anuncio (ya que la ministra todavía se encontraba en Estados Unidos, a donde había viajado para mantener una reunión con la titular del FMI, cuando comenzaron a circular los rumores de un hipotético cambio de gabinete). «Veo muchos rumores y versiones. No tuve ningún ofrecimiento y recién quedé en charlar con el presidente Alberto Fernández sobre la agenda de trabajo entre viernes y sábado«, tuvo que salir a tuitear el propio Sergio Massa por la noche, cuando ya todos los medios estaban especulando con su arribo a Casa Rosada.

Los rumores, sin embargo, habían comenzado desde temprano. La primera fue su propia esposa y titular de AYSA, Malena Galmarini, quien a la madrugada del miércoles había publicado en sus redes un spot de campaña de Massa del 2013: «En un momento donde todos restan, él viene a proponer una locura. Sumar», sostenía el mensaje en el video, mientras de fondo sonaba «Todo vuelve» de Axel. 

Horas después, se sumó el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, quien respaldó la posible llegada de Massa al Ejecutivo durante un acto en Merlo: «Lo conozco hace muchísimos años y valoro su gran capacidad de gestión. Creo que su visión y su experiencia vendrían muy bien en esta etapa para encauzar la reconstrucción», aseguró el exintendente de Lomas de Zamora.

El presidente de la Cámara de Diputados, mientras tanto, pasó el día en el Congreso. Desde su entorno dejaron trascender que, además de reunirse con directores de la Corporación Vitivinícola Argentina, Massa había pasado el día conversando con algunos de sus alfiles económicos: el titular de Aduana, Guillermo Michel, el exministro de Economía, Miguel Peirano, el subdirector del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, Lisandro Cleri, y Gabriel Delgado. Los nombres, en medio del mar de rumores, no tardaron en retumbar como un posible futuro equipo económico.