Con la publicación de la «luz verde» al uso de misiles de larga distancia en territorio ruso, el gobierno de Putin denuncia un nuevo nivel de involucramiento de la OTAN. 

El Kremlin acusó a Estados Unidos de echar «leña al fuego» en la guerra en Ucrania este lunes, luego de que se hiciera pública la autorización del gobierno del presidente saliente, Joe Biden, del uso de misiles de largo alcance sobre territorio ruso por parte de Kiev.

El permiso, que aún no fue confirmado de forma oficial por el gobierno estadounidense o el ucraniano, habilitaría a Ucrania a disparar los misiles ATACMS, proporcionados por Estados Unidos, sobre territorio enemigo, una medida que el presidente ruso, Vladimir Putin, señaló como un potencial disparador de una guerra con Occidente.

Los comentarios de Moscú coinciden con un nuevo ataque ruso sobre la ciudad portuaria de Odesa, en el límite de Ucrania con el Mar Negro, en el que murieron 10 personas.

«Es evidente que la Administración saliente en EE.UU. tiene intención de continuar echando leña al fuego y seguir provocando una escalada de la tensión en torno a este conflicto», dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria.

En la misma línea, el delegado consideró que, de confirmarse el visto bueno al uso de proyectiles en territorio ruso, significaría «una nueva fase de tensión y una nueva situación respecto a la implicación de Estados Unidos» en el conflicto.

«Putin ya lo explicó con meridiana claridad. Esos ataques no los efectúa Ucrania, sino los países que dan la autorización», dijo y añadió que las misiones de vuelo las marcan los especialistas de las potencias occidentales y no los militares ucranianos. «De ahí el peligro y la provocación», remarcó el funcionario, que considera la autorización como un involucramiento directo de los países de la OTAN en los combates.

A su vez, remitió a la declaración realizada por Putin en San Petersburgo en septiembre pasado, en la que advirtió que la aprobación del empleo de misiles de largo alcance «significará que los países de la OTAN, EE.UU. y los países europeos estarán en guerra con Rusia».

Putin ha asegurado que dicha decisión es una línea roja para el Kremlin que podría obligar a Moscú, entre otras cosas, a suministrar armamento de largo alcance a los enemigos de Occidente en diferentes partes del mundo.

«Es lo que se llama escalada»

El presidente de la Duma (la cámara de diputados de Rusia), Viacheslav Volodin, advirtió este lunes que la autorización de los misiles «causará daños, pero no modificará la situación en el campo de batalla», según publicó en su canal de Telegram.

«Solo empeorará la suerte y el futuro de Ucrania», sentenció el representante, a lo que añadió que la aprobación «destruirá definitivamente las relaciones ruso-estadounidenses».

Para Volodin, si los misiles estadounidenses impactan en territorio ruso, «Rusia estará obligada a responder», por lo que podría recurrir a «los nuevos sistemas de armamento que su país aún no ha utilizado en territorio de Ucrania», lo cual habilitaría a una potencial respuesta estadounidense y «inevitablemente» a una respuesta rusa.

«Es lo que se llama escalada», dijo el presidente de la Duna.

«Los misiles hablarán por sí solos»

El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, pedía desde hace tiempo la autorización para usar proyectiles de largo alcance en territorio ruso, para así poder atacar bases desde las cuales Rusia lanza bombardeos y lograr contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este de su territorio. Sin embargo, se mostró cauteloso frente al anuncio, el cual no pudo confirmar, durante su discurso diario del domingo por la noche.

«Hoy, muchos medios de comunicación informan de que hemos recibido autorización para tomar las medidas oportunas», afirmó el mandatario, antes de valorar que «los ataques no se llevan a cabo con palabras».

«Esas cosas no se anuncian» dijo Zelenski, a lo que agregó que «los misiles hablarán por sí solos».

Concretamente, las armas autorizadas son misiles guiados de largo alcance, llamados Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS por sus siglas en inglés), que pueden transportar cabezas convencionales o de racimo y tienen un alcance de unos 300 kilómetros. Aunque los mismos ya se encuentran en uso en el conflicto, la orden de Biden habilita su uso en territorio ruso.

Según la autorización, el ATACMS debería utilizarse, inicialmente, en la región fronteriza de Kursk, donde Corea del Norte ha desplegado más de 10.000 soldados en apoyo de las tropas rusas, según información publicada por el The New York Times.

Una línea fina

Hasta ahora, los países de la OTAN se mostraban reticentes a autorizar armamento de larga distancia contra el territorio ruso, por temor a una escalada, pero su posición parece haber cambiado frente al anuncio estadounidense.

El lunes, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Noel Barrot, reafirmó en Bruselas que su gobierno no descarta que se usen sus misiles de largo alcance, los SCALP, sobre territorio ruso.

«Hemos dicho que es una opción que consideraríamos si permite ataques contra objetivos desde los cuales Rusia agrede al territorio de Ucrania», aseguró Barrot al llegar a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la UE.

El presidente francés, Emmanuel Macron, definió esta política durante una visita a Alemania en mayo, donde dijo que permitiría a los ucranianos «neutralizar las bases militares desde donde se disparan los misiles y los emplazamientos militares desde los que se ataca a Ucrania» haciendo uso de los misiles de largo alcance que Francia proporciona.

Alemania, por su parte, informó que iba a entregar 4.000 drones equipados con inteligencia artificial poco después de que se haga pública la autorización, pero se negó a entregar más armamento.

El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, confirmó la entrega de los robots Mini-Taurus este lunes, en una conferencia en la que reiteró la negativa en suministrar misiles de largo alcance Taurus a Ucrania, insistiendo en la postura del canciller alemán, Olaf Scholz, para el cual hay «ciertos límites» que no deben ser traspasados, para evitar una escalada.

China, que se presenta como parte neutral en la guerra entre Rusia y Ucrania pese a ser un estrecho aliado político y económico de Moscú, reaccionó pidiendo un «rápido alto el fuego y una solución política».

«Lo más urgente es promover que la situación se calme cuanto antes», afirmó Lin Jian, portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.