En el pinar de El Biguá han talado 63 árboles para construir la Terminal de Colectivos del Potrero, pero la obra inició con el pie izquierdo: ‘flojita’ de papeles, sin estudio de Impacto Ambiental, sin consulta vecinal, y sin transparencia, ante estas irregularidades las obras se paralizaron por unas semanas. Pero recientemente se reanudaron, incumpliendo una promesa del intendente Damián Gómez.

Hace exactamente un año, en agosto del 2021, el Gobierno Nacional anunció una inversión millonaria en San Luis para la construcción y/o remodelación de varias terminales de colectivos, una de ellas es la del Potrero, con una inversión de 159 millones de pesos, según detalló el ejecutivo en aquella fecha. 

El anuncio quedó semi-olvidado, hasta que a principios de julio empezaron a talar árboles en el pinar ubicado entre El Biguá y la Oficina de Turismo del Potrero. La tala desconcertó a los ciudadanos y despertó la disconformidad de los vecinos. 

Unos días antes, ya se rumoreaba que la obra estaba por iniciar, y ante la falta de acceso al Estudio de Impacto Ambiental, la ausencia de consulta ciudadana y la nula transparencia entorno a la construcción, el 29 de junio varios concejales del Potrero presentaron una carta ante el ejecutivo municipal solicitando detalles sobre la obra, como número de expediente o estudio de impacto ambiental. Pero no obtuvieron ningúna respuesta.


El 7 de julio las motosierras rompieron el silencio y los pinos comenzaron a caer. En una jornada y media 43 pinos se desvanecieron, según constató EcoPress visualmente. La tala generó descontento en muchos vecinos: no quieren que se tale uno de los últimos pinares que colinda el dique.

Ese mismo día, los mismos concejales que le solicitaron detalles sobre la obra al intendente Damian Gomez, al no ser contestados, optaron por enviarle una carta a la Secretaría de Ambiente de la Provincia en la que, nuevamente, solicitaron los estudios y documentos que respalden la obra, al mismo tiempo exigían la “inmediata paralización del desmonte” hasta que se resuelvan las irregularidades de la construcción. Otra vez, la petición fue desoída. 

Lo que no lograron los concejales lo lograron los vecinos: el 8 de julio más de 60 personas se reunieron en el pinar en cuestión, realizaron una asamblea para debatir cómo enfrentar la problemática, cortaron parte del circuito de carreras para visibilizar el reclamo y juntaron firmas para presentar una nota ante el municipio. 


Allí, este jóven reportero pudo dialogar con varios de los vecinos indignados y preocupados por la tala: explican que no se oponen a la construcción de la terminal pero sí a la tala indiscriminada e ilegal, argumentan que habiendo tanto asfalto en desuso y tantos terrenos desmontados es un sinsentido cortar decenas de árboles para erigir esta infraestructura. Paralelamente, reclaman por el incumplimiento a las leyes y a los acuerdos interamericanos de los que Argentina forma parte.

La ley establece que toda obra que tenga un impacto considerable sobre el ambiente debe contar con un Estudio de Impacto Ambiental, también obliga a transparentar todos los números de expediente, empresa licitada y técnicos al cargo. Los acuerdos interamericanos de los que nuestro país forma parte, disponen que el Estudio de Impacto Ambiental debe someterse a consulta ciudadana y, una vez consensuado con el pueblo, recién pueden iniciarse las obras. 

En este caso todo fue al revés, la tala inició sin cumplir ninguna de estas instancias. Además, la falta de respuesta ante los pedidos de informe viola el derecho del acceso a la información. Es decir, no hablamos de un desmonte irregular, se trata de una tala ilegal. 

Ante esta ilegalidad, acompañada por la desidia de todos los gobiernos implicados, los vecinos no se quedaron de brazos cruzados: reclamaron. El 13 de julio el intendente recibió a representantes de la asamblea “en defensa del pinar”, allí Gomez “informó que la obra se encuentra actualmente parada, que le pidió a la Provincia que a raíz de los últimos incidentes de protesta de los vecinos, se discontinúen los trabajos en el terreno hasta tanto se realicen todos los estudios y permisos pertinentes, para luego ser socializados a la comunidad en una futura reunión entre vecinos y autoridades”, explicó la asamblea en un comunicado. 

Ese mismo día, el Concejo Deliberante del Potrero sancionó una resolución que exige la paralización de las obras hasta que se realicen los estudios requeridos, también establece un llamamiento a audiencia pública. 

La promesa del intendente calmó a los vecinos, y las obras se paralizaron por unas semanas; pero sin haberse cumplido ninguna de las instancias antes mencionadas, el pasado miércoles la tala se reanudó, incumpliendo la promesa del intendente, violando la resolución del Concejo y reavivando el descontento de los vecinos. 

Recién el jueves instalaron el cartel que transparenta la empresa licitada, el monto de obra y los técnicos al cargo. Llama la atención, entre otras cosas, que el presupuesto de obra aumentó 29 millones de pesos, pasando de 159 a 188 millones. Además, el cartel refleja claramente la desprolijidad de la obra, se comieron la ‘O’ de ómnibus y agregaron un espacio entre la ‘B’ y la ‘U’. 

Al día siguiente, la Secretaría de Ambiente de la Provincia anunció que el Estudio de Impacto Ambiental ya estaba disponible para ser socializado a la comunidad y, en caso de haber objeciones, hacerlas. Los vecinos, al igual que EcoPress, planean apoderarse del estudio en el transcurso de la semana, solo así sabremos la viabilidad ecológica de esta obra, pero si los vecinos determinan que el estudio es poco fiel o la obra es ambientalmente inviable ¿como remediaran el daño causado ilegalmente?.

Ayer, este jóven reportero se acercó hasta el pinar en cuestión y se percató de que talaron otros 20 árboles de manera ilegal. A principios de julio contabilice 43 troncos talados al ras del suelo, ayer el número ascendía a 63. 
Además, uno de los vecinos preocupados por la tala me mostró material audiovisual sobre la maquinaría presente en el lugar, y comprobé que el camión que se lleva los troncos es el mismo que se llevó los 30 árboles talados irregularmente en El Volcán hace exactamente un año. El camión es un Mercedes Benz con patente DTR 404.

Cuando talaron esos 30 árboles en El Volcán, EcoPress entrevistó un Concejal local, en ese reporte el edil manifestó que el camión pertenece a una empresa privada y advirtió que podría ser de una maderera. Justamente, este camión privado actuó en la tala del pinar y, hasta el momento, extrajo 63 árboles del Potrero. 

F: EcoPress