San Luis (LaNoticia) 29-06-2020.   El viernes la Jefa de Gabinete Natalia Zabala Chacur, se presentó en la Cámara de Diputados para brindar el informe sobre la marcha del gobierno.

La sesión se desarrolló durante cerca de 9 horas, en la cual la Jefa de gabinete se mostró muy cómoda brindando el detalle de las 450 preguntas que se le hicieron, pero más interesante se puso a la hora que los diputados repreguntaran sobre algunas dudas que iban quedando del informe.

Quien conoce a Zabala Chacur, sabe bien que es una dirigente que se maneja muy bien a la hora de las discusiones políticas o mediáticas, y quizá ese fue el momento más esperado de la sesión, incluido para la Jefa, que contestó todas las repreguntas. El presidente de la Cámara, Juan Carlos Eduardo, llevó el orden perfecto de la sesión y acordó sobre tablas como iban a preguntar los diputados, hasta ahí todo normal para este tipo de sesiones.

Pero, en el momento de hacer las preguntas, Sonia del Arco, ex ultrantirodriguesaista, que se la escuchó decir en esa misma Cámara, barbaridades contra el actual Gobernador, se unió a los planteos ridículos, de Anabella Lucero, para intentar “blindar” a la Jefa de Gabinete, cosa innecesaria.

Con un desconocimiento del reglamento interno, Lucero sin pedir la palabra y a los gritos, quiso que la sesión informativa terminara cuando la Jefa terminó su exposición, las sesiones no tienen un tiempo de duración, tal como lo indica el articulo 98 del RI de la Cámara de Diputados, ni siquiera fue capaz de pedir una moción, que hubiese sido lo correcto para que se levante la sesión.

Si la diputada estaba aburrida de estar 10 horas sentada sin hacer nada, podría bien haberse retirado del recinto o bien, renunciar a su banca si no se aguanta estar en los debates, ya que no comprende la tarea legislativa, incluso quiso censurar las preguntas o la cantidad de preguntas que quieran hacer el resto de los diputados y esto es lo más grave, los diputados están habilitados a hacer uso de la palabra y tienen fueros para poder hablar y preguntar sin tener ningún problema de libertad de expresión, Algo que la diputada a los gritos, como si fuese una cancha de fútbol, le contaba las preguntas a sus colegas intentando que no pregunten más.