Por Tochi Moreno:

El sistema electoral argentino sufre con frecuencia cambios que buscan, desde transitorias mayorías electorales, mantener su poder desde la manipulación y la creación de sistemas perversos. Especialista en estas maniobras, es el justicialismo en sus múltiples variables nacionales y provinciales.

Maniobras que confunde y complican a la ciudadanía en la toma de su decisión electoral.

Veamos algunas de las más recientes.

PASO

Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, se han creado para que los candidatos de cada partido o frente electoral sean elegidos con la participación de todo el padrón.

Es un error. Los candidatos deben ser elegidos por los partidos o frentes electorales a los que representan, conforme la ideología que los expresa y las propuestas que tengan para gobernar y legislar.

La decisión de los candidatos es materia exclusiva de cada partido o frente. La decisión de gobernantes y legisladores es sí, de toda la ciudadanía empadronada.

Las PASO son, en verdad, una encuesta a escala real, que les sirve a quienes con poder, y desde  esos datos frescos y ciertos, ponen recursos y aparato allí donde esa elección-encuesta les aconseja.

Hemos visto, en San Luis, cómo se dan vuelta los resultados negativos de las PASO para ganar luego la definitiva. Ese “dar vuelta”, se ha hecho con el uso desvergonzado de fondos, personal y equipos estatales.  La justicia resuelve las denuncias a estas maniobras entre tarde y nunca.

Una vez más. Los candidatos deben surgir de la vida interna democrática, limpia y transparente de cada partido o frente, con la imprescindible auditoría de la justicia electoral.

Elegir así a sus candidatos es sin duda alguna, una buena oportunidad para que partidos y frentes demuestren su capacidad de dialogar, construir y resolver. Si no pueden acordar internamente a quienes lo representen, ¿qué garantía de diálogo constructivo pueden dar a la ciudadanía en caso de ser elegidos?

Otra cuestión y grave, es el inmenso gasto presupuestario que implican estas PASO.  Miles de millones se ponen en solucionar problemas partidarios en lugar ir a educación, salud, seguridad, etc.

Por último,  la exigencia de un porcentaje mínimo limita o cercena la participación de les expresiones políticas menores, con menos recursos o nuevas. Y sus resultados suelen cambiar la decisión de muchos ciudadanos, eligiendo lo que a su juicio es el mal menor en lugar de afianzar el que más los exprese.

PAS

Como variante de las PASO, en San Luis, se  inventó las PAS, lo mismo que las otras, pero sin la obligatoriedad. Con lo cual solo van a estas elecciones las fuerzas políticas que tienen más de una lista de candidatos internos. Los que se presentan listas únicas, como sea que se hayan resuelto, no van a las PAS y esperan ver qué peso electoral tiene el resto, para actuar en consecuencia.

Es decir, peores que el modelo en el que se inspiran.

LEY DE LEMAS

La Ley de Lemas, también elimina las internas, llevando la decisión a la ciudadanía en una única elección.

A cada partido o frente electoral se lo llama lema e incluye a todas las listas internas que aspiran a representarlo, a las que se llama sub lemas. El sub lema que triunfa en cada lema, suma los votos de todos los sub lemas de su misma fuerza.

Gana la elección el lema que más votos suma.

Se dan casos en que candidatos del lema ganador logran, individualmente, menos votos que candidatos de algún otro lema.

Las denuncias por inconstitucionalidad, han sido desechadas porque la Corte Suprema no las considera de su competencia.

Es también el sistema electoral que más confusión plantea a la ciudadanía. Se han visto cuartos oscuros con docenas de distintas boletas electorales, que facilitan las maniobras fraudulentas.

HARTAZGO ELECTORAL

Si sumamos las posibles elecciones municipales, provinciales y nacionales, con sus respectivas PASO, general y segunda vuelta, pueden darse media docena o más de elecciones en un mismo año, con saturación de campañas, mensajes, ofertas, propuestas, publicidades.

Este sistema electoral nuestro, no vacila en imponer pesados calendarios y tremendos gastos presupuestarios, con el solo interés de que la forma elegida sea la más conveniente a quien gobierna o legisla. Hoy puede ser ésta, mañana otra. Lo política que sólo mira su propio ombligo.

Otro rasgo característico de nuestras elecciones, cualquiera sea la forma que se use, es el fraude a través de muchas formas, cuya variedad y larga vida ya son más que conocidas como para recordarlas ahora.

Hay buscar otras   líneas de acción para resolver estos problemas. En tren de propuestas van algunas ideas.

Justicia Electoral

Debe existir, en lo nacional y provincial, un fuero judicial electoral permanente, específico e independiente, para todas las instancias.  No es fácil lograrlo, pero debe ser planteado, exigido y luchado. Además, la legislación electoral debe ser sancionada con mayorías especiales no menores a los 2/3, saliendo de la imposición de mayorías transitorias.

Elección de candidatos 

Por ley deben ser tema a resolverse única y exclusivamente por cada expresión política, partido o frente electoral. La justicia actuante deberá auditar todas sus instancias con la más amplia publicidad. Las elecciones internas deben ser la cabal muestra de la capacidad de diálogo, de debate de ideas, y de unidad aún en la diversidad, que muestren quienes aspiran a conducir la ciudadanía.

De nuevo, si no hay capacidad interna de acordar armónicamente candidatos y propuestas, ¿cómo pueden aspirar a gobernar para todos?

Boleta y fecha única de elecciones

Ya es hora de abandonar este sistema de boletas, que solo unos pocos países conservan. El voto electrónico aún no se impone, porque no da las suficientes garantías de impedir el fraude.

Se propone la boleta única,  provista por el estado. Se entrega una boleta con todos los candidatos a cargos nacionales, otra para los provinciales y otra para los municipales. Cada una de ellas se deposita en la urna propia y específica.

Para evitar más gastos y tamaño de la boleta, se pueden omitir las fotos de los candidatos.

Boletas únicas en urnas separadas, evitan los problemas de boletas sábanas, eliminan las PASO, permitiendo una sola fecha electoral para nación, provincia y municipio. Se reducen las elecciones, las campañas, los gastos estatales y partidarios. También el fraude.

Finalmente, ¿nuestra dirigencia política está dispuesta a simplificar las elecciones, facilitando la decisión ciudadana en un clima agitado sólo por las ideas y no por las muchas y agresivas  luchas electorales por el poder?

No porque sea difícil, hay cejar en buscarlo.