Horas antes de que el ministro de Economía, Sergio Massa, participara en los Estados Unidos de un foro organizado por la entidad, el directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un paquete de Financiamiento Especial para el Desarrollo (SDL) de 700 millones de dólares para la Argentina. «Este desembolso ayuda a fortalecer las reservas argentinas», destacó el jefe del Palacio de Hacienda en su cuenta de Twitter, en un mensaje en el que también remarcó que «se aprobó por unanimidad». Massa precisó además que los fondos «van a ingresar en las próximas 48 horas» y que el préstamo «forma parte del paquete de apoyos financieros que la Argentina tiene de distintos (organismos) multilaterales».
El préstamo fue confirmado por el BID en un comunicado, en el que precisó que se destinará a la cobertura de necesidades de financiamiento de corto plazo, así como para proteger el gasto social a grupos vulnerables y en infraestructura, «mientras se implementan reformas para reducir el déficit público, promover la estabilidad de los precios y asegurar la sostenibilidad de la deuda»
El financiamiento del BID está alineado con los objetivos del Acuerdo de Facilidades Extendidas del FMI y en ese marco «contribuirá a fortalecer las finanzas públicas, asistirá los esfuerzos encaminados a la estabilidad de precios, y apoyará el fortalecimiento de la balanza de pagos». El préstamo del BID tiene un plazo de amortización de siete años y un período de gracia de tres años y una tasa de interés basada en la SOFR (Secured Overnight Financing Rate, tasa de referencia en dólares).
Vale decir que ese préstamo se había trabado cuando Martín Guzmán era ministro por la relación con el entonces jefe del BID, Mauricio Claver Carone, hoy corrido del cargo por irregularidades éticas. «Es clave que los recursos que tenemos se transformen en riqueza de nuestra región», dijo Massa un rato después del anuncio del BID, en un conversatorio de Ministros de Finanzas organizado por la entidad, en el marco del 56º encuentro de la Red de Bancos Centrales y Ministerios de Finanzas de América Latina y el Caribe.
Durante su exposición, Massa se refirió además al desafío que representa la guerra en Ucrania para la Argentina al sostener que implicó “tener que duplicar esfuerzos para cumplir los objetivos del programa de acumulación de reservas y de metas fiscales del 2,5 por ciento para este año, básicamente por el impacto que representa la suba de energía”. En este sentido, el ministro aseguró que “la guerra plantea un desafío para nuestra región, pero también una oportunidad”, debido a que el continente es productor de 80 por ciento de las proteínas que consume el mundo y posee vastos recursos energéticos.
“Hay un desafío del BID y de los multilaterales para mirar las infraestructuras regionales a los efectos de que los recursos que tenemos se transformen en riqueza de nuestra región”, agregó el funcionario, quien llegó acompañado de Gabriel Rubinstein, Leonardo Madcur, Lisandro Cleri y Marco Lavagna. Aseguró así que el continente “tiene la oportunidad de apostar por un lado a las infraestructuras para no ser proveedores de materias primas sino de materias primas con valor agregado”.
En otro sentido, Massa convocó a los organismos multilaterales a no computar como déficit a la inversión para el desarrollo que realizan los países. “Eso condena a nuestros países a ser pobres”, definió el Ministro, y planteó que “si de verdad los multilaterales están pensados como instrumentos para el desarrollo, es clave que lo que invertimos en desarrollo desde nuestras cuentas públicas sea computado como inversión de desarrollo y no tomado simplemente como requisito para el cumplimiento de una meta fiscal”. También participaron del encuentro José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia; Rogelio Ramírez de la O, ministro de Hacienda y Crédito Público de México; Azucena Arbeleche, ministra de Economía y Finanzas del Uruguay; y Nigel Clarke, ministro de Finanzas y Servicio Público de Jamaica, entre otros. La agenda de Massa continua con la cena de trabajo del G20.