Marcelo González tiene miedo, lo confiesa al mismo tiempo que pide protección, y habla de su ex cuñado en tiempo presente. «Con Facundo compartimos muchas cosas juntos porque él vivía al lado de mi casa, estuvimos trabajando en la construcción, era mi ayudante, en diciembre me mudé a Mayor Buratovich y ahí perdimos contacto», dice en diálogo con Página12. «Me enteré que estaban separados una vez que le pregunté a mi hermana, y al tiempo supe que estaba desaparecido. Ahí empezaron los hostigamientos, me vinieron a buscar a mi casa, le dijeron a mi señora que me tenía que presentar en la comisaría. Cuando llegué de trabajar fui, a pesar de que no recibí ninguna notificación», relata el hermano de Daiana González, la ex novia de Kufa, como le decían al joven de Pedro Luro que está desaparecido desde el 30 de abril, cuando salió de su casa para intentar reconciliarse con ella. Trabajador de la construcción, de 37 años y con hijos a cargo, cuenta que por el hostigamiento policial, reconocido incluso por el fiscal de la causa, se ve forzado a mudarse, y que a su hermana le dieron vuelta la casa y perdió su trabajo cuando la convirtieron en blanco de la «otra» hipótesis de la causa por la desaparición forzada de su ex pareja.
«Fue a mediados de junio cuando ya estaba la denuncia por desaparición, me hicieron esperar y al rato me llevaron a una sala con dos policías de civil y uno uniformado. Me empezaron a apretar, que yo tenía que decir dónde estaba Facundo, ‘ya sabemos que está en Bahía Blanca, vos tenés que decir que está en Bahía Blanca’. También me querían involucrar que yo andaba en temas relacionados con la droga, ‘sabemos que consumís cocaína’, me dijeron. En ese momento me quedé helado, no sabía cómo responder, estaba asustado, en todo el tiempo me sentí amenazado. ‘Ya sabemos que Facundo también consumía, vos tenés que hablar, y si no querés hablar te voy a tener que pegar unos sopapos para que hables’, me dijo el que estaba de uniforme», dice Marcelo González en entrevista con este diario.
–¿Qué les respondió?
–Que no sabía nada de Facundo, que no puedo decir algo que no sé, no puedo mentir, puedo colaborar de lo que sé cuando vivimos cerca, nunca me negué a declarar. Y ahí me encerraron en un lugar y me quisieron apretar, nunca me mostraron una orden judicial. Al rato, luego de esperar en un banco del pasillo, me tomó declaración un oficial, el único que me trató bien. El resto todo el tiempo queriendo llevar mi declaración para culpar a mi hermana o para que yo me culpe a mí mismo de la desaparición de Facundo, ellos querían que dijera que Facundo estaba en Bahía, que mi familia tenía algo que ver con la desaparición de Facundo. Después uno de los jefes me dijo que llegó una llamada de Bahía y me dijeron ‘vamos a tener que ir a revisar tu casa’, como no tengo nada que ocultar, soy una persona de bien, accedí. Me trajeron en un móvil policial, estuve desde las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche en la comisaría, y al final me dejaron en la puerta, no quisieron pasar porque estaba mi señora. Cuando vieron que había gente adentro no quisieron pasar.
–¿En casa de tu hermana sí entraron?
–A la semana hicieron un allanamiento ilegal, porque no hubo orden, entraron por la fuerza, le tiraron todo, le rompieron todo. A raíz de eso mi hermana perdió el trabajo, son cosas que nos fueron pasando. Recibí muchos mensajes por teléfono, de dos tengo el número agendado, son policías de Buratovich, no pueden negar que me molestaban telefónicamente, me decían si sabía dónde tenían a Facundo, si alguien me tenía amenazado, que tenía que hablar y colaborar.
–Respecto de la droga ¿qué les respondió?
–Como todo muchacho joven, Facundo alguna vez se fumó un porro, pero más de eso no. Se comentó mucho que el pibe era narcotraficante, que vendía droga… es todo mentira, no sé por qué inventaron eso, es horrible. Lo niego completamente, nunca lo vi vendiendo ni consumiendo otra cosa. (N.d.R hubo una causa por una planta de marihuana que no llegó a crecer)
–¿No cree que pudo haberle pasado algo relacionado con ese ambiente?
–Para nada, si ellos quieren culpar a una persona que anda con los narcos que lo prueben, lo mismo que en mi caso. Me quisieron involucrar con ese tema a mí también, que busquen, que revisen mi vida completa a ver si alguna vez tuve en la justicia algún problema relacionado con drogas o tuve algún antecedente penal que apunte para ese lugar. Soy una persona trabajadora, siempre viví de mi trabajo, me parece injusto lo que estoy viviendo. Tengo todo el tiempo patrullas cerca de mi domicilio, van y vienen, todo el tiempo mirando para mi casa, he tenido problemas con los vecinos, se anda corriendo el rumor de que soy un delincuente peligroso, no sé quién circula esa información. La estoy pasando muy mal, decidí mudarme a otro lugar que por el momento por seguridad no voy a decir dónde será, por seguridad mía y de mi familia. Necesito ayuda porque cuando me mude tengo que pasar por el puesto fitosanitario donde están los mismos policías implicados en el caso, es pasar por la boca del lobo.
–¿Tiene miedo?
–Sí. Por lo que estoy viviendo, sí. Si me llegara a pasar algo la responsabilidad será del gobernador, yo lo voté, lo elegí para que nos dé protección. No puede ser que en democracia estén perdiendo pibes y hostigando gente todos los días. A mí me agarraron en cuarentena la policía de Buratovich, y me trajeron a mi domicilio. Con lo feroces que estaban, porque salían a cazar gente directamente, te veían en la calle, te dejaban dos horas en un calabozo, te hacían el acta y te dejaban en tu casa, no entiendo cómo fue tan buena la policía, en tres retenes lo dejaron seguir.
–¿Es posible que él se haya rebelado?
–Sí, porque si a mí hablándoles bien me amenazaron con pegarme, a una persona que se rebela quién sabe qué le espera.
–Hay una causa por estos apremios ilegales en la fiscalía 8 y en la 12. ¿Ya declaró ahí?
–No, no me han citado, quiero poder hablar con alguna autoridad que me pueda ayudar, alguien que me represente, es muy incómodo vivir así. La verdad, me da miedo hablar porque no sé lo que me pueda llegar a pasar. El único que se contactó conmigo es alguien que admiro por su coraje, Leandro Aparicio, muy preocupado por mi situación, y la mamá de Facundo, la admiro muchísimo, está peleando con gigantes. No la van a doblegar muy fácil.
–¿Las sospechas de Cristina recayeron alguna vez en tu hermana, Daiana?
–No, jamás. Porque colaboramos desde el primer día, nunca tuvimos nada que nos culpara. Nos mostramos a disposición en todo momento, ni yo ni mi familia tenemos nada que ocultar, no es responsabilidad nuestra lo que le pasó al chico, es responsabilidad al cien por cien de la policía. No entiendo cómo a una persona en plena cuarentena la pueden dejar seguir tres retenes policiales.
–¿Piensa que la policía es responsable y los quiere culpar a ustedes?
–Correcto. Tal vez porque somos personas humildes, eligieron al azar vamos a culpar a éstos total nadie los va a defender, pero se equivocaron porque jamás tuve problemas con la justicia, no pienso culparme de algo en lo que no tengo nada que ver, les voy a dar pelea hasta lo último. En su momento cuando me apretaron supe defenderme como una persona educada, nunca falté el respeto a ninguna persona de la autoridad.
–¿Cómo vivió tu hermana todo esto?
–Para ella es una pesadilla, desde chica perdió la mamá, a los dos años falleció mi papá y ahora está viviendo esto, aún no supera lo de sus padres y ahora se encuentra con esto. Nos da mucha bronca. Somos cinco hermanos, con ella y Emiliano somos del mismo papá. Todos conocemos a Facundo, es un tipo bueno, alegre, todavía no entiendo lo que pasó, es alguien muy enfermo para hacerle lo que le hicieron.
–¿Qué cree que sucedió?
–Por el tiempo que pasó, algo le hicieron. No existe que esté guardado, como dicen, porque Facundo no era una persona conflictiva con el barrio, ni con la gente de Bahía, es imposible que alguien de acá le haya hecho algo. Es todo mentira lo que dicen algunos medios.