La jubilación mínima registró en enero el valor real más bajo desde la crisis económica de 2002 y a lo largo de este año podría perforar ese piso, según revela un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). El poder adquisitivo de los jubilados y pensionados viene cayendo de manera ininterrumpida desde 2020, pero el ajuste fiscal que puso en marcha el presidente Javier Milei aceleró esa tendencia y provocó un fuerte derrumbe en los dos primeros meses de su gobierno.
Luego del fracaso del proyecto de ley ómnibus en el Congreso, el ministro de Economía Luis Caputo buscó instalar que el plan de ajuste fiscal sigue su curso sin mayores contratiempos. «En enero, que es un mes financieramente más sensible porque está el pago de los intereses de la deuda, ya estamos en equilibrio financiero, y sin ley», subrayó.
El último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso confirmó el dato al informar que la Administración Pública Nacional logró en enero un superávit financiero equivalente a 0,2 por ciento del PBI. Esto significa que los ingresos superaron a los gastos, incluyendo dentro de ellos los intereses de la deuda pública. Este resultado se logró gracias a una fuerte reducción del gasto público en términos reales, aprovechando los altos niveles de inflación. Entre las partidas que mayores recortes sufrieron sobresale el gasto en jubilaciones y pensiones, lo que explica el brutal recorte del poder adquisitivo que está sufriendo la clase pasiva.
IDESA le puso cifras a ese derrumbe tomando como referencia la evolución del haber mínimo desde la crisis de 2001. Luego de la instauración del corralito y la posterior devaluación del peso, que selló la salida del régimen de Convertibilidad, la jubilación mínima promedió en 2002 los 83.078 pesos a precios de diciembre de 2023. En los años siguientes comenzó a recuperarse de manera ininterrumpida hasta alcanzar los 181.434 pesos en 2009. En 2010 registró un leve retroceso al caer a 174.918 pesos, pero a partir de 2011 volvió a crecer y en 2013 alcanzó el pico real de los últimos 23 años al promediar 219.615 pesos.
Luego de una caída registrada en 2014, al año siguiente volvió a subir y el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó la jubilación mínima en 213.230 pesos. Durante los cuatro años de Mauricio Macri, los jubilados tuvieron pérdidas reales en tres. El peor momento lo vivieron en 2018 y 2019, después del estallido de la crisis financiera que derivó en la vuelta del Fondo Monetario Internacional como prestamista de última instancia. En 2019 la jubilación mínima promedió los 173.232 pesos, siempre ajustado por inflación a precios de diciembre de 2023. Ese valor evidenció un retroceso real de 18,8 por ciento respecto de 2015.
Después de la asunción de Alberto Fernández, el haber mínimo se recuperó levemente en 2020 al quedar en 176.698 pesos, pero en los años siguientes volvió a retroceder. En 2022 cerró en 156.978 pesos, un 9,4 por ciento por debajo del valor que había dejado Macri. El año pasado la caída continuó y quedó en 127.858 pesos. La baja acumulada respecto a 2019 fue del 26,2 por ciento, pero en este caso la responsabilidad no fue solo de Fernández, sino que la comparte con Javier Milei, quien a poco de asumir liberó todos los precios y convalidó una devaluación inédita del tipo de cambio oficial, situación que deterioró fuertemente los salarios y las jubilaciones. De hecho, IDESA desagrega el dato de diciembre de 2023 y muestra que ese mes el haber mínimo retrocedió a 105.713 pesos. “El monto en diciembre del 2023 es inferior al promedio de todo el 2023 y se ubica cerca del menor valor que tuvo en el siglo, que fue el del 2002”, dice el informe.
IDESA recuerda también que las jubilaciones se ajustarán recién en marzo de este año y afirma que la caída llegará a niveles inéditos en enero y febrero. “Suponiendo que la inflación en enero sea aproximadamente del 20 por ciento, el valor real de las jubilaciones en enero 2024 será el equivalente a 88.094 pesos a precios de diciembre 2023. En febrero seguramente se ubicará por debajo del valor real que tenían en el 2002. Es decir, en febrero, las jubilaciones tendrán el menor valor real del siglo XXI”, subraya el informe.
Una vez expuestos los datos, el instituto presidido por el economista Jorge Colina afirma que “la estrategia de equilibrar las cuentas públicas en base a la licuación de jubilaciones es muy endeble”. Al justificarlo, sostiene que tiene un impacto muy regresivo, genera tensiones políticas y aumenta las demandas judiciales contra la Anses “debido a que la justicia previsional no tolera la licuación de jubilaciones”. “No es la primera vez que el ajuste fiscal se sostiene licuando jubilaciones, pero nunca con este nivel de intensidad. La principal conclusión es que el superávit de enero es positivo, pero muy precario”, remarca.
Por último, el informe advierte que “si los agentes económicos perciben que, por resistencias sociales, políticas y/o judiciales, el equilibrio fiscal no será sostenido los beneficios se diluyen. Como lo demuestran experiencias pasadas, el ajuste por licuación de jubilaciones lleva a dilapidar esfuerzos, tanto de la sociedad como del gobierno”.