El Gobierno presentó este lunes el proyecto para gravar la renta inesperada. Se trata de una medida que busca capturar ganancias extraordinarias de las empresas por efecto de la suba de los precios internacionales vinculados con la guerra en Ucrania. Es decir, ganancias en las que no hubo un aumento del esfuerzo humano o un incremento de la inversión productiva para ser obtenidas. El tributo recaerá en las empresas con ganancias de más de 1000 millones de pesos. El argumento central de la medida es evitar una redistribución regresiva de los ingresos y fue aplicada en países como Italia y el Reino Unido.
Las tres condiciones para pagar
En detalle, se definió que la renta inesperada se cobrará como una sobrealícuota del Impuesto a las Ganancias de las sociedades de capital aplicable al ejercicio fiscal 2022. Alcanzará exclusivamente a las empresas con una ganancia neta imponible (o ganancia contable) superior a los 1000 millones de pesos.
Para que el impuesto se cobre, esa ganancia neta deberá haber subido en términos reales y, al mismo tiempo, deberán haberse cumplido una de las siguientes dos condiciones. La primera es que el margen de ganancia (o sea la ganancia contable sobre ingresos) en 2022 sea superior al 10 por ciento. La segunda, que el aumento del margen de ganancia de este año en relación al 2021 sea de al menos 20 por ciento.
La alícuota que se aplicará sobre la renta inesperada será del 15 por ciento. Es decir, se cobrará ese porcentaje sobre la ganancia neta imponible que sea mayor a la de 2021 una vez descontado el efecto de los precios. La vigencia de la medida será por el ejercicio fiscal 2022 y la aplicación de la medida será para las empresas que cumplan las condiciones definidas al publicarse sus balances una vez que se apruebe la Ley en el Congreso.
Muy pocas empresas alcanzadas
“Una economía que no ataca a la desigualdad no tiene pujanza en la demanda. Por eso diseñamos un mecanismo para administrar esta renta inesperada”, mencionó el Ministro de Economía Martín Guzmán. “Abarca solo a empresas muy grandes de la Argentina”, detalló el funcionario.
El problema distributivo está en el centro de los argumentos para justificar el anuncio de la medida. Esto último se debe a que la suba de los precios internacionales de distintos bienes como los agropecuarios por la guerra en Ucrania, sumados a los efectos económicos duraderos de la pandemia, potenciaron la concentración de la riqueza y profundizan las desigualdades en el mundo.
Los Estados a partir de estos problemas evalúan las posibilidades para avanzar en políticas que permitan redistribuir ganancias extraordinarias de algunos sectores en favor de los segmentos vulnerables de la población. La idea de gravar la renta inesperada no se anuncia en forma aislada en la Argentina, sino que avanza también en países europeos como Inglaterra o Italia.
Desde el Ministerio de Economía consideraron que hay empresas que se favorecen con el alza de los precios internacionales debido al conflicto bélico y, en consecuencia, venden sus productos a precios más altos obteniendo una ganancia extraordinaria que no proviene de mejoras en la productividad, de más inversiones ni de más producción, sino simplemente de la coyuntura.
Por ello “un mecanismo para reducir esta dinámica de concentración de la riqueza en pocas manos es través de una alícuota a la renta inesperada que permite gravar las ganancias extraordinarias producto de la guerra y darle más recursos al Estado Nacional y a las provincias para redistribuir”, se mencionó.
Los casos de Italia y Gran Bretaña
Entre los países que avanzaron en implementar un tributo similar se destaca el caso de Italia. El impuesto a la renta inesperada se aprobó este año y es aplicable a las empresas energéticas. Se espera recaudar 4000 millones de euros. Se aplica a las empresas que hayan aumentado sus ganancias entre octubre del 2021 y marzo del 2022, al menos en 5 millones de euros. Se les aplica una tasa del 10 por ciento pero que se podría elevar a niveles de hasta 25 por ciento.
Otro de los casos es el del Reino Unido. Boris Johnson anunció que buscará gravar la renta inesperada con una tasa del 25 por ciento a las compañías energéticas productoras de gas y petróleo. Se espera recaudar 6300 millones de dólares que se destinarán a subsidiar a 8 millones de hogares.
Este tipo de medidas de gravar la renta inesperada tiene el aval de organismos internacionales como el Fondo Monetario. «Al igual que debe hacerse y a veces se hace después de las guerras, donde también mientras unas empresas luchan por sobrevivir otras se vuelven más boyantes que nunca, los gobernantes pueden hacer que estas últimas compensen a las primeras con un impuesto adicional y temporal», había dicho el economista del FMI Jean-Marc Natal, cuando presentó un informe técnico del organismo a mediados de abril.