«Nosotros venimos repitiéndolo desde ese día: mi hermana no se suicidó, a mi hermana la mataron. Van a tener que explicar todas las mentiras que nos han dicho, como los que me dijeron que Magalí estaba declarando en el juzgado y llevaba cinco horas muerta», sostuvo Celeste Moralesm hermana de Florencia Magalí Morales.
«¿Cómo puede ser que no haya un solo detenido por la muerte de mi hermana? Sólo indagados e imputados, cuando todos encubrieron, todos fueron cómplices. Desde el forense que hizo la primera autopsia, los policías que la golpearon y la mataron, hasta las mujeres policías que la tenían que cuidar y no hicieron nada para ayudarla. Mi hermana salió para cuidar a sus hijos. ¿Qué tanto mal pudo haber hecho para que le hicieran una cosa tan perversa?», cuestionó.
En forma reciente se solicitó incorporar un nuevo informe al expediente, realizados por la médica forense Vanina Elizondo y la perito criminalística, Mónica Isabel Chechi, que trabajaron junto personal del Poder Judicial.
Allí se pide la ampliación de imputación para que los cuatro policías sospechados sean acusados por «homicidio agravado».
Se trata de los oficiales María Eugenia Argüello, Johana Paola Torres y Marcos Ontiveros. Además del comisario, Heraldo Clavero, hasta ahora imputados por «incumplimiento de los deberes de funcionario público» y «privación ilegal de la libertad».
Según el abogado de la familia de la víctima, Federico Putelli, detalló que la nueva prueba corresponde a un informe «criminalístico y forense» del que surge que Magalí murió por «asfixia por estrangulamiento», no por suicidio.
El informe contiene resultados de una reautopsia realizada en agosto de 2020 en San Rafael y que, por decisión del juez de Instrucción Penal, Jorge Pinto, tuvo que ser parcialmente pagada por la familia de la víctima.
La primera autopsia había sido realizada por el médico forense Gustavo Lafourcade, horas después de la muerte de Magalí. En ese informe ya habían revelado que la víctima tenía «contusiones en los brazos» y «escoriaciones debajo de las rodillas», compatibles con autodefensa.
Tras conocer el nuevo informe, Celeste sostuvo: «Lloré todos los días porque fue tanta la lucha, tanto el esfuerzo para lograr que nos escuchen. Decidí dejar de llorar porque tengo que estar fuerte para mis viejos, mis sobrinos y mi hijo».
«Esta es la oportunidad que tienen el juez Pinto y el fiscal Roberto Silvestre de limpiar sus nombres, de hacer lo que tendrían que haber hecho desde el primer momento y trabajar bien, como corresponde», advierte.
Y añadió: «Hasta ahora no sé cómo les voy a decir a los chicos todo esto, que tenían razón, que su mamá nunca se hubiera suicidado porque los tenía a ellos… la recordamos escuchando música, riéndonos o cuando hacemos cosas parecidas».
«Voy a encontrar la paz, o el alivio al menos, cuando me digan que son más los involucrados, porque yo sé que fueron más, y que van a ir todos presos. Quiero una condena equiparable a la muerte de mi hermana, que no va a estar nunca más con nosotros», finalizó.