Después de la caída de un árbol en el Regimiento de Azul, se hallaron restos humanos en esa guarnición militar. El hecho ya está siendo investigado por la fiscalía federal de la zona, a cargo de Santiago Eyherabide, que dio intervención al prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los antropólogos deberán analizar en los próximos meses si el hallazgo puede corresponderse con una víctima de la última dictadura, aunque por los estudios preliminares todo indicaría que los restos son anteriores a ese período.

Un grupo de militares del regimiento de Azul descubrieron huesos mientras hacían tareas de remoción de un árbol que se había caído después de las tormentas de las últimas semanas. Tras el hallazgo, el jefe de la unidad militar, el teniente coronel Ignacio Zubeldía, realizó el martes último una denuncia ante el juez federal Gabriel Di Giulo, que delegó la investigación en Eyherabide, el fiscal que hasta hace unos meses condujo junto con su colega Cecilia Incardona la pesquisa sobre el espionaje durante el gobierno de Mauricio Macri.

Eyherabide contactó a los integrantes del EAAF, que estaban haciendo tareas de georadarización en el predio de Tandil donde funcionó el centro clandestino de detención conocido como “La Huerta” para determinar si es posible identificar restos óseos en ese lugar. Entre el martes y el miércoles, las expertas y los expertos del EAAF se desplazaron a Azul e hicieron la exhumación de los restos que habían hallado los militares mientras removían los troncos.

Según pudo saber este diario, los huesos fueron encontrados debajo de las raíces de un árbol, ubicado a unos 50 metros de la edificación. Se trata de un árbol añoso, que, a priori, tendría más de 45 años, por lo que podría ser anterior a los años del terrorismo de Estado. Una posibilidad incluso es que el árbol fuera anterior a la edificación del cuartel, que data de mediados de la década de 1940. Sin embargo, la información recién podrá confirmarse después del análisis que el EAAF hará en su sede de la Ciudad de Buenos Aires.

Un grupo de integrantes del EAAF estaba a unos pocos kilómetros del Regimiento de Azul realizando tareas de georadarización en el predio donde funcionó el centro clandestino conocido como «La Huerta». Las medidas de investigación en ese terreno, ubicado sobre la ruta 226 — camino a la base aérea de Tandil– fueron ordenadas por el juez Di Giulo, que también tiene jurisdicción en la zona. Con esa tecnología, el EAAF busca determinar si existe presencia de restos en ese lugar y que puedan corresponderse también al período de la dictadura.

En febrero del año próximo, comenzará el juicio por crímenes de lesa humanidad sucedidos tanto en Azul como en Tandil. Entre esos hechos están comprendidos los que sucedieron en “La Huerta”, las comisarías primera y segunda de tandil, el exInstituto Superior de Educación Rural (ISER) y la chacra de los hermanos Emilio y Julio Méndez. Los dos civiles ya fueron juzgados por haber cedido la quinta donde estuvo cautivo y fue asesinado el abogado laboralista Carlos Alberto Moreno. Sin embargo, después de un fallo favorable de la Corte Suprema, la Cámara Federal de Casación terminó absolviéndolos. El caso inevitablemente volverá a manos de los supremos.

Los Méndez estarán ahora en el banquillo junto a otros 24 acusados, que deberán responder por lo sucedido a 118 víctimas. El juicio estará cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) de Mar del Plata, integrado por Nicolás Toselli, Fernando Machado Pelloni y Luis Imas. La acusación estará en manos de Eyherabide y del fiscal federal de Dolores, Juan Pablo Curi.