En un clima caldeado, cargado de chicanas entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, la Cámara de Diputados dio comienzo al debate por la Boleta Única de Papel. La iniciativa es impulsada por gran parte de los bloques de la oposición (los cuales aún celebran haber logrado forzar al oficialismo a tratar el tema) bajo el argumento de la boleta única garantizaría un proceso electoral «más transparente y económico». El oficialismo, en cambio, no solo rechaza la iniciativa opositora –«es puro marketing», denuncian– sino que, durante toda la reunión plenaria, cuestionó con dureza la modalidad de emplazamiento de las comisiones en las que se trataría el tema. «Fue una decisión absolutamente arbitraria», les espetó el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, durante una discusión reglamentaria que se extendió durante prácticamente la mitad del encuentro. El FdT, por otro lado, buscó también dar vuelta la jugada opositora y aprovechó para comenzar a tratar, apenas finalizado el debate de boleta única, la media sanción del Senado de la reforma del Consejo de la Magistratura.

Agendado para comenzar a las 10 de la mañana, el plenario de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda comenzó a tratar la iniciativa de Boleta Única en un clima tenso. El rígido cronograma definido por la oposición en la sesión del jueves pasado, cuando logró sumar 132 votos para emplazar a las comisiones a dar tratamiento al tema, no había causado gracia al oficialismo, que consideraba la agenda de trabajo un «corset». «Al plenario de las comisiones, ¿podemos ir de sport o tenemos que ir de gala?», ironizó, en su momento, Cecilia Moreau en el recinto. Estas broncas entre oficialismo y oposición se tradujeron, finalmente, en una larga discusión introductoria respecto a la modalidad que debían adoptar las reuniones informativas. El jefe del bloque radical, Mario Negri, pidió que algunos invitados y legisladores del interior del país pudieran participar por videollamada, a lo que el oficialismo se opuso. «10 párrafos tuvo la intervención de la persona en el recinto que propuso el emplazamiento, si hubieran querido definir la modalidad del trabajo lo hubiera hecho pero pasa que no previeron el contexto», sostuvo Germán Martínez, haciendo referencia a los feriados del 18 y 25 de mayo.

Luego de varias horas de chicanas, la discusión técnica fue saldada –todo será presencial– y el verdadero debate comenzó. «El sistema permite la estafa al Estado argentino. Tenemos un sistema malo porque la logística queda toda en manos de los partidos, grandes y chicos, y los que pueden imprimir más boletas pueden y los que no se embroman», cuestionó Juan Manuel López (CC), y agregó: «Incluso se habla de que el PJ imprime 10 padrones en la Provincia de Buenos Aires, un dispendio enorme de dinero». En ese momento fue interrumpido por los gritos de Leopoldo Moreau, sin embargo López retrucó: «No se preocupen que esto también los va a favorecer cuando sean minoría de vuelta», chicaneó, entre los aplausos de les diputades de JxC. Previamente, Silvia Lospennato (PRO) había defendido el proyecto argumentando que evitaría el faltante de boletas en los cuartos oscuros: «El sistema que proponemos por eso es mucho mas equitativo, más transparente, más económico y más amigable con el medioambiente. Un sistema que usa todo el mundo y también provincias de la Argentina».

«Son todos argumentos falsos», explicó, luego de la reunión plenaria, Leopoldo Moreau a Página/12. «¿Por qué supondría un menor costo? Esto favorece el desdoblamiento de elecciones, porque cada provincia tiene un régimen electoral distinto, algunas con ley de lemas, colectoras. Tendríamos o un doble juego de boleta o un desdoblamiento, lo que aumentaría mucho más el gasto», razonó, a la vez que denunció que, por el formato de la boleta única, «hay algunos candidatos que directamente no se van a conocer, van a estar encapuchados o con antifaz». Algo similar había denunciado la propia vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el viernes pasado en Chaco, cuando sostuvo que debería llamarse «boleta oculta»: «Es un pedazo de papel con una cantidad impresionante de partidos donde solo se conoce un solo candidato. Una boleta donde vos votás una lista de diputados como si fuera una ristra de ajos y chorizos, pero no sabés si hay chorizos si hay ajos». 

Durante el debate en la reunión plenaria, sin embargo, el oficialismo guardó silencio.  Solo el exgobernador de La Rioja, Sergio Casas, cuestionó que no había «urgencia» para tratar el tema y que hacerlo no convertía a les legisladores en «paladines de la democracia». «Es puro marketing político de la oposición. No hay ninguna emergencia como para cambiar un sistema que no está funcionando mal», aseguró Moreau a este diario. En cambio, fue Myriam Bregman la que, durante el plenario, planteó varias objeciones a la idea de implementar la Boleta Única Papel como herramienta electoral. «¿De qué tamaño van a ser las boletas? ¿Cómo hacemos para meter 28 listas en una boleta? Esto es importante porque lleva a la farandulización de la política», cuestionó la diputada de izquierda.

Consejo de la Magistratura

Finalizado el debate por la boleta única, que continuará el próximo martes a las 10, el oficialismo dio inicio al tratamiento de la reforma del Consejo de la Magistratura. El objetivo del FdT es comenzar a tratar la media sanción que viene del Senado, que lleva a 17 el número de integrantes del Consejo de la Magistratura y le cierra la puerta de ingreso a la Corte Suprema (que, hoy en día, preside el Consejo  debido a un fallo que ella misma firmó). Durante el plenario de Asuntos Constitucionales y Justicia, el FdT se decidió a definir un cronograma con la expectativa de, en las próximas semanas, poder ir negociando algunas modificaciones con algunos sectores de la oposición, como Graciela Camaño, que le permitan alcanzar los votos que necesita para aprobar el proyecto en Diputados.