Tras una masiva movilización al Ministerio de Trabajo, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) alcanzó en el cierre de la conciliación obligatoria un acuerdo con los directivos de la empresa informática Banghó para que los más de 200 despedidos sean considerados suspendidos y cobren el 70 por ciento del salario. El titular de la UOM, Antonio Caló, calificó como «lo mejor posible» el acuerdo alcanzado y apuntó contra las políticas económicas del gobierno nacional: “Esta protesta es para demostrar que no vamos a soportar más apertura a las importaciones”.
La suspensión de la medida oficial que eliminó los aranceles del 35 por ciento para los productos importados en el sector informático fue una de las consignas de la marcha convocada por la UOM. «La UOM soportó ya 9 mil despidos y 15 mil suspendidos, que no saben cuál va a ser su futuro cuando tengan que volver en marzo», sentenció Caló en la puerta de la sede de la cartera laboral sobre la calle Callao, que fue colmada por los trabajadores.
“No sirve la rebaja de aranceles a los productos de origen extranjero. Basta de importaciones”, insistió el titular de la UOM, acompañado por los secretarios generales de otros gremios en conflicto como la Asociación Bancaria, que realizará un paro de 72 horas a partir del viernes y la Federación Gráfica, que mantiene el reclamo por los 380 despidos en la imprenta AGR del Grupo Clarín.
«Primero tenemos que reactivar la industria, que se reactive el trabajo, y después vemos qué hacemos con estas cosas que el Gobierno dice que tienen que bajar de precio», advirtió Caló, respecto del reclamo del gremio para que el gobierno nacional dé marcha atrás con la suspensión de los aranceles para los productos importados en el sector informático.
Respecto de las paritarias metalúrgicas que se reabren en abril, Caló adelantó que el gremio está dispuesto a discutir un 17 o 18 por ciento de aumento, si «ponen dentro del paquete el 6 por ciento que perdimos» en 2016. «Tenemos que recomponer lo que perdimos porque nosotros firmamos 33 por ciento y la inflación no bajó del 40 por ciento», aseguró Caló.
En la previa, Triaca reiteró el latiguillo del «año electoral» y las «banderas políticas» para minimizar los motivos de la movilización y pidió «madurez» al gremio para discutir la situación que atraviesa el sector, ya que según él la denuncia de miles de despidos está «alejada de la realidad». «Tenemos que seguir trabajando con los dirigentes sindicales y empresarios para ir encontrando las soluciones juntos», prometió el ministro.
El ministro sólo reconoció que la decisión de levantar el arancel para los productos electrónicos «afectó a algunos sectores» y prometió que el «plan de transformación» puesto en marcha desde el cuestionado Ministerio de Producción «va a subsanar parte de los impactos de estas decisiones». De todas maneras, defendió la medida para bajar los precios de las computadoras porque «es esencial para la educación y la producción».
«Los compañeros tienen temor a perder el trabajo y esto ya lo vivimos en los ´90, cuando la UOM se quedó con 50 mil trabajadores, y cerraban las fábricas y decían `ya va a venir otra´, pero no venía nadie», recordó Caló.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en enero la destrucción de puestos de trabajo y suspensiones alcanzó a 3617 personas y el sector industrial fue el más afectado con casi el 70 por ciento del total. La cifra del primer mes del año elevó a 241.774 los despidos desde la asunción del Gobierno de Cambiemos.