San Luis (LaNoticia) 03-03-16. Llegó al Juzgado de Palacio esposado y encapuchado, y de igual manera se fue escoltado por personal policial.
Tal como lo adelantó en exclusiva La Noticia en San Luis, pasado el mediodía de ayer, Diego Lorenzetti, viudo de la asesinada Romina Aguilar e intendente de La Calera, fue detenido y llamado a prestar declaración indagatoria por la juez Virginia Palacio.
Se le imputa un homicidio agravado por el vínculo, por creérselo el instigador que habría contratado a dos sicarios para asesinar a su mujer, el sábado 30 de enero y delito por el cual, un día antes, se había detenido a Edivaldo Pereira De Oliveira, quien se había entregado voluntariamente.
Según trascendidos, porque la juez Palacio Gonela, inexplicablemente continúa con un altísimo secreto la causa, la decisión de detener e indagar a Lorenzetti se basaría en prueba colectada desde los primeros días de investigación a lo que se le habría sumado algunos párrafos de lo declarado por De Oliveira.
Una de las pruebas que habría en contra de Lorenzetti serían escuchas telefónicas varias, entre ellas algunas en las que el intendente de La Calera trataría con demasiada violencia a su esposa Romina Aguilar.
Pero más allá de todo lo actuado hasta hora, se estaría muy pronto a dar con el paradero de quien habría acompañado en la moto, el día del crimen, a De Oliveira, quien sería el autor material del hecho, según lo que habría declarado el propio De Oliveira y que según pudo saber La Noticia en San Luis sería de apellido Muñoz o Irusta.
¿Por qué se entregó De Oliveira?
Una de las grandes cuestiones en esta causa es por qué el hombre de origen brasilero se entregó a la Justicia, y algunos presumen que porque con “alguien” negoció su entrega. Él habría afirmado en sede judicial que conducía la moto, que le dijeron que iban a ir a un robo y no a un asesinato, que no le habían dicho el domicilio y que cuando recién llega al barrio FAECAP, donde residía el intendente y la joven asesinada, se entera que “era la casa de su patrón”, según nos confiaron. De ser así la declaración de De Oliveira, su participación en el crimen podría ser tipificada como partícipe necesario, lo cual significa la misma pena que el autor material del hecho, y no se observa cómo podría negociar baja en la pena, que sería perpetua.
¿Y el abogado?
Es vox populi que Lorenzetti habría sido pésimamente mal asesorado por su abogado defensor, y más cuando el mismo abogado dice que alguien, cuyo nombre guarda en reserva, habría manipulado las pruebas en contra de su cliente. Si el abogado sostiene eso, no se entiende cómo no se hizo parte del expediente para guiar y controlar la prueba que se iba incorporando. Tampoco se entiende cómo no estuvo presente en la declaración indagatoria del brasilero De Oliveira y por qué se enteró de la detención de su cliente en la mañana de ayer y por la prensa. La gran pregunta que circula en los pasillos judiciales es si el abogado defensor de Lorenzetti fue notificado o no de los dos hechos y también se preguntan por qué la juez Virginia Palacio Gonela no lo notificó de ninguno de estos hechos.
En contexto
Romina Aguilar fue asesinada alrededor de las 06:40 del sábado 30 de enero, en la puerta de la casa 1 de la manzana 78 del barrio FAECAP, en el norte de la ciudad de San Luis, donde la mujer residía junto a su esposo e hijos.
En momentos en que la mujer acababa de sacar su camioneta Renault Duster para viajar a La Calera, donde cursaba el final de la escuela secundaria a través del programa Plan de Inclusión Educativo (PIE), fue sorprendida por dos jóvenes armados que iban en moto.
Los agresores la tomaron de la ropa, la arrastraron unos diez metros por el suelo, le dispararon dos balazos calibre .45, y escaparon en el mismo rodado en el que llegaron y sin robar nada, por lo que el robo como móvil del asesinato fue descartado de entrada.
Carlos Rubén Capella
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