El sistema judicial de San Luis vuelve a estar bajo escrutinio, esta vez con el juez Hugo Saa Petrino como protagonista de un nuevo escándalo que expone serias irregularidades y cuestionamientos éticos. Saa Petrino, presidente del Colegio de Magistrados y Funcionarios de San Luis desde 2018, enfrenta una sentencia firme por una deuda de 36.000 dólares que, con intereses y costas, superaría los 50.000 dólares (aproximadamente 60 millones de pesos al tipo de cambio actual).
Deudas y cheques sin fondo: el inicio del escándalo
La situación se agravó cuando trascendió que el Colegio de Magistrados emitió cheques sin fondos, lo que provocó una renuncia en cascada de integrantes clave de su comisión directiva. La jueza Valeria Benavidez, vicepresidenta segunda de la institución, renunció apenas se conoció el escándalo, mientras que el tesorero, Fernando Spagnuolo, también dejó su cargo antes de que la crisis tomara relevancia mediática.
Un patrón de conflictos financieros
El caso de la deuda millonaria de Saa Petrino con Federico Gutiérrez Díaz, iniciada en 2017, reveló un patrón preocupante en el manejo de las finanzas personales del camarista. Además, se menciona su implicación en litigios con la financiera Montemar, lo que refuerza la percepción de un manejo irresponsable e impropio para alguien que ocupa un cargo judicial de tan alto perfil.
¿Protección política o negligencia institucional?
A pesar de estas controversias, Saa Petrino ha sido reelegido al frente del Colegio de Magistrados y continúa representando a la institución. Según fuentes del ámbito judicial, su influencia política habría sido clave para mantener su posición. La conexión con figuras del poder político provincial, incluidos jueces y ministros del Superior Tribunal de Justicia, genera serias dudas sobre la independencia y la transparencia en la gestión del Poder Judicial puntano.
Renuncias y promesas incumplidas
En un intento por calmar las aguas, Saa Petrino ordenó al contador del Colegio realizar un informe detallado sobre ingresos y egresos, pero la demora en su presentación ha incrementado el malestar entre los asociados. Mientras tanto, otros miembros de la comisión directiva evalúan seriamente abandonar sus cargos, lo que podría profundizar la crisis institucional.