Tras recibir presiones políticas, el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, acudirá el viernes al Congreso de los Diputados para dar explicaciones por una reunión que mantuvo con el ex vicepresidente y ex director del FMI, Rodrigo Rato.
El funcionario solicitó «comparecer con la mayor inmediatez posible ante la Comisión de Interior del Congreso», según un comunicado difundido por su cartera.
El opositor Partido Socialista (PSOE), la Izquierda Plural, Podemos y Ciudadanos, censuraron el encuentro, calificándolo de «inadmisible» y «vergonzoso» y exigieron explicaciones y responsabilidad al propio presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.
Pero el jefe del Ejecutivo eludió responder hasta en cuatro ocasiones cuando fue preguntado sobre este polémico asunto en un encuentro con periodistas en la localidad gallega de Mondariz Balneario, donde se encuentra de visita en el marco de sus vacaciones estivales.
«El ministro dará la respuesta el viernes, pero no habrá nada de particular», subrayó Rajoy.
Hace cuatro días el diario El Mundo publicó que Fernández Díaz, uno de los más estrechos colaboradores de Rajoy, se había reunido con el ex vicepresidente económico de José María Aznar después de que éste declaró ante la Justicia, lo que provocó indignación y estupor entre las fuerzas opositoras y la opinión pública en general.
Ante la ola de críticas y pedidos de explicaciones, el Ministerio del Interior emitió un comunicado que confirmó que la reunión se produjo el pasado 29 de julio, aunque se aseguró que fue de carácter «exclusivamente personal» y «completamente al margen de la situación procesal» de Rato.
Sin embargo, Rato declaró al diario El País que en el encuentro también se habló de sus problemas judiciales.
Según afirmó el ex jefe del FMI, él y Fernández Díaz -con el que tiene una amistad de más de 30 años- hablaron «de todo lo que está pasando».
«Le conté mi versión. Ni yo le pedí nada ni él se ofreció a realizar ninguna gestión», aclaró el ex banquero y político neoliberal, que ha sido una gran figura en el Partido Popular (PP), formación de la que fue expulsado a raíz de uno de los casos de corrupción en el que está imputado.
En medio del escándalo, el vocero de Interior del PP, Francisco Márquez, dijo en declaraciones a la radio Cope que la polémica generada por la reunión entre Fernández Díaz y Rato responde a la «pseudo histeria» en la que algunos partidos han entrado por la cercanía de las elecciones generales».
Pero no todos en el PP han defendido a Fernández Díaz.
Importantes dirigentes como la actual presidente de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y el extremeño José Antonio Monago, cuestionaron el encuentro y consideraron que sería bueno que el ministro diera explicaciones.
«No es muy acertado», «probablemente no debería haberlo hecho», señaló Cifuentes, quien precisamente debió firmar un pacto anticorrupción con el partido Ciudadanos, para lograr apoyo a su investidura.
También el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, consideró que la reunión «no es lo más acertado», y se mostró partidario de que Fernández Díaz haga «alguna aclaración», según declaró a la emisora Cadena Ser.
Tras la respuesta de Rajoy y Fernández Díaz, la polémica no cesó, todo lo contrario, la presión subió aún más con pedidos directos para que el presidente del gobierno cese a su ministro del Interior.
Iñigo Errejón, «número dos» de Podemos, exigió la renuncia del ministro tras expresar la «indignación» de su partido por el encuentro, que consideró un «atentado al Estado de Derecho». «Deja la autoridad al servicio de sus amigos», sostuvo e insistió que es una «burla a los ciudadanos».
Desde Ciudadanos también pidieron el «cese inmediato» de Fernández Díaz, al considerar que «dar explicaciones no es suficiente».
El pasado 16 de abril, Rato fue detenido fugazmente en el marco de una investigación sobre su patrimonio y actividad empresarial, en la que por ahora sólo está imputado por evasión fiscal, aunque la justicia halló indicios de blanqueo de capitales, por lo que recientemente elevó la causa a la Audiencia Nacional.
Además, Rato tiene abiertos otros dos frentes judiciales: uno por presunto fraude en relación con la salida a Bolsa en 2011 de Bankia, entidad financiera que presidió y a la que llegó gracias a su peso político en el PP; y otra por el uso indebido de «tarjetas en negro» tanto en Bankia como Caja Madrid, su predecesora.
El «caso Rato» se suma a varias causas de corrupción que salpican al PP de Rajoy, quien a fin de año afronta las urnas en busca de la reelección.