La Ley de Parajes como se conoció cuando Alberto Rodríguez Saá la hizo aprobar en la Legislatura, era para beneficiar a convictos condenados para que puedan estar en libertad en un paraje de San Luis sin control alguno, la misma llegaba justo después que su amigo y ex funcionario Sergio Freixes fuera condenado por la renuncia en blanco de los jueces. Condena que aún no está firme, falta el último paso.
“Charly” Pereira integrante del bloque Cambia San Luis, expuso que desde la sanción de la ley “no se cumple el control vía geolocalización ni hay seguimiento por parte de custodia o efectivos policiales”. A su vez, el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales manifestó que “no se formalizó el registro de productores rurales para llevar adelante el proyecto y quedó a merced del Servicio Penitenciario realizar labores en los parajes”. Hoy una persona está acogida al régimen.
El legislador destacó que es una norma que intenta crear una modalidad de cumplimiento de la pena privativa de la libertad no contemplada en la legislación nacional y que se arroga competencias que son propias del Gobierno federal, por tratarse del derecho penal de fondo.
De persistir en su vigencia, los jueces tendrían “las manos atadas ya que es una ley que permite liberar a delincuentes condenados de manera anticipada y sin el debido control judicial”.
Hoy, la presidenta del bloque albertista Unión por San Luis, Claudia Pinelli justificó el cambio de posición: “Es necesario ayudar. Esperamos que vengan buenas ideas y soluciones para que la gente que merece una segunda oportunidad la pueda tener”.