Las negociaciones entre Irán y las seis principales potencias entraron en su recta final, con la presencia en Viena de todos los cancilleres para tratar de alcanzar hoy, en la fecha límite estipulada por las partes, un acuerdo que garantice la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní luego de 13 años de litigio.
Fuentes diplomáticas de ambas partes revelaron que Irán exige el fin de las sanciones de la ONU por su programa de misiles balísticos y del embargo de armas en su contra como parte del levantamiento adicional de sanciones económicas y diplomáticas estadounidenses y europeas que debería incluir el acuerdo definitivo.
Por primera vez desde abril pasado, los contactos del lunes en la capital austríaca tuvieron lugar en el formato de reunión plenaria con los jefes de la diplomacia de Irán y las países del Grupo 5+1: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Rusia y Alemania.
El encuentro busca el impulso político necesario para alcanzar un pacto, tras 20 meses de debates técnicos y diplomáticos, antes de mañana o al menos mañana, la fecha límite acordada por las propias partes, que ya prorrogado por una semana el 30 de junio pasado.
Irán y la potencias (las cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania) alcanzaron en abril pasado, en la ciudad suiza de Lausana, un principio de entendimiento, que tiene que ser concretado en un acuerdo definitivo y que prevé limitar algunas actividades nucleares iraníes clave, durante un período de entre 10 y 25 años.
John Kerry, secretario de Estado estadounidense y líder de esta negociación por parte del grupo internacional, aseguró que nunca se estuvo más cerca de un acuerdo nuclear, pero que aún quedan por tomar decisiones importantes.
«Si se toman decisiones difíciles en los próximos días, y se toman rápidamente, aún podríamos tener un acuerdo esta semana. Pero si no se toman, no lo tendremos», dijo Kerry, en clara referencia a la posibilidad de tener que extender otra vez la fecha límite.
Desde Washington, y en alusión a las nuevas exigencias de Irán sobre las sanciones por sus misiles y el embargo de armas, Estados Unidos llamó a Teherán mantenerse dentro del acuerdo marco alcanzado en abril si quiere conseguir cerrar con éxito las negociaciones.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que «si Irán no está dispuesto a estar a la altura de los compromisos que realizaron en el acuerdo político de abril no vamos a poder alcanzar un acuerdo final», informó la agencia de noticias EFE.
Por su parte, el canciller chino, Wang Yi, el último en incorporarse a la negociación en la capital de Austria, insistió en la misma idea que Kerry.
«Se han logrado nuevos progresos en los últimos días. Hay aún varios asuntos pendientes, pero pensamos que pueden encontrarse soluciones aceptables a esos temas. Por ello, un acuerdo completo está al alcance», dijo ante la prensa.
«Lo importante es que hoy y mañana (por el lunes y martes) todas las partes, especialmente Estados Unidos e Irán, deben tomar sus decisiones finales lo antes posible», sentenció el ministro de Relaciones Exteriores chino.
Pese a los desacuerdos persistentes, diversas fuentes diplomáticas citadas por EFE dijeron que el acuerdo está ya casi redactado, y hasta precisaron su extensión: 20 páginas complementadas con otras 60 en cinco anexos técnicos.
Sin embargo, una fuente de la delegación alemana señaló ante la prensa que «no habrá un acuerdo a cualquier precio».
«No debemos subestimar que importantes cuestiones aún no se han solucionado. Si en puntos clave no hay movimiento, no se puede descartar un fracaso (de las negociaciones)», advirtió ese negociador alemán, citado por EFE.
Se trata de uno de los acuerdos diplomáticos más complejos de las últimas décadas, que de concretarse podría no solo acabar con un conflicto de 13 años sino que suavizaría la relación entre dos enemigos como Irán y Estados Unidos.
Las potencias aseguran que el objetivo de Irán es fabricar una bomba atómica, mientras que la República Islámica lo niega y asegura que su programa nuclear tiene fines civiles.
Hasta ahora, antes de sumarse los reclamos de Irán sobre los misiles y el embargo, el principal obstáculo estaba en el sistema de sanciones, políticas y económicas, que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la ONU fueron imponiendo a Irán en los últimos años para forzarle a renunciar a su programa nuclear.
En general, Irán quiere que esas medidas, que estrangulan su economía, se levanten en cuanto se firme el acuerdo, mientras que las grandes potencias quieren que se vayan suavizando conforme se compruebe que Teherán cumple sus compromisos.
Una solución intermedia podría ser un mecanismo que permita reactivar las sanciones en cuanto que se detecte un incumplimiento del acuerdo para limitar el programa atómico iraní.
Pero según fuentes de ambas partes, Irán insiste de manera vehemente en que se levanten las restricciones a su programa de misiles balísticos y el embargo de armas en su contra, alegando que son cuestiones no relacionadas directamente con el tema nuclear.
El encuentro entre los siete cancilleres duró poco más de una hora y, al terminar, la instrucción de los diplomáticos fue que los equipos negociadores sigan con la redacción del acuerdo.
Sobre todo, el gobierno estadounidense del presidente demócrata Barack Obama desea terminar un acuerdo esta semana -antes del próximo 9 de julio- ya que a partir de esa fecha el Congreso tendría no solo 30 sino 60 días para analizar lo pactado.
Esa extensión, que se debe al receso veraniego del legislativo estadounidense, haría que un eventual acuerdo nuclear permanezca más tiempo sin el visto bueno definitivo y así con más posibilidades de ser obstruido por sus críticos, la oposición republicana.