Por:
Johana Gómez.
Referente provincial de la agrupación de mujeres “Pan y Rosas” y del Frente de Izquierda – Unidad.
La enorme movilización de las mujeres y de la diversidad sexual – que impuso en las calles el reclamo por el derecho al aborto – sigue marcando agenda. Que el Gobierno Nacional de Alberto Fernández haya anunciado la presentación de un proyecto propio, en las próximas semanas, es un indudable producto de ello.
El proyecto de aborto de la Presidencia será diferente al de la Campaña Nacional (elaborado por más de 700 organizaciones y presentado ya OCHO veces en el Congreso), cediendo así el Gobierno a la enorme presión que hacen las cúpulas de las iglesias (Papa Bergoglio, principalmente), las organizaciones anti-derechos y sus representantes políticos, intentando una nueva ofensiva para que no sea Ley. Así, los sectores más conservadores se preparan para intentar restringir lo más posible su aprobación.
Ya en el año 2018, aprendimos que a los dinosaurios del Parlamento (cuyos representantes son de todos los partidos tradicionales) y a las cúpulas de las iglesias se las enfrenta en las calles, siendo la organización y la movilización nuestros métodos de lucha porque nunca a las mujeres nos regalaron nada. Si impusimos este reclamo en todo el país, fue confiando solo en nuestras propias fuerzas, a las cuáles, debemos redoblar para seguir peleando por nuestro derecho al aborto y la separación de las iglesias y el Estado.
En la apertura de sesiones legislativas, el Presidente de la Nación afirmó que «un Estado presente debe proteger a los ciudadanos en general y obviamente a las mujeres en particular». Pero, las implicancias del acuerdo con el FMI muestran sus consecuencias para las mujeres en las primeras medidas y políticas de su Gobierno: para casi tres millones de jubiladas y jubilados, la suspensión de la movilidad jubilatoria implicó la rebaja de lo que tendrían que haber cobrado si se mantenía la fórmula anterior (según datos del INDEC, el 57 % de las personas jubiladas son mujeres); y el acuerdo salarial acordado entre la conducción de CTERA y el Gobierno Nacional, naturaliza una jornada laboral de hasta tres cargos que se vuelve un deterioro en la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores, así como su repercusión en la educación de niñas, niños y adolescentes (la mayoría de la docencia son trabajadoras, sostenes de hogar).
Por eso, más que nunca necesitamos mantener la independencia política del movimiento de mujeres y la diversidad sexual de todos los gobiernos y de las iglesias que ya se están organizando en contra de nuestros reclamos en las calles, en el Congreso Nacional y en toda la región.
¡Vamos por grandes jornadas de lucha!
Las Asambleas de Mujeres y la diversidad siempre fueron un espacio heterogéneo, pero numerosos pronunciamientos reafirmaron durante estos años de gobierno macrista que nuestro movimiento es anti-capitalista, anti-clerical, anti-patriarcal, antirracista, anti-biologicista e independiente de todos los gobiernos de turno y la dirigencia sindical burocrática. Hoy, desde la agrupación de mujeres “Pan y Rosas” creemos que tenemos que seguir por ese camino trazado, ya que es la manera que tenemos de fortalecer nuestras peleas, poniendo por delante nuestros reclamos antes que la subordinación a los distintos gobiernos.
Si vamos al caso, Macri se fue dejando una deuda enorme con el FMI y los bonistas privados. Alberto Fernández dijo que esta “es una deuda que hay que pagar con la solidaridad de todos”, es decir, vos, tu vieja, tu viejo, tus abuelas, tus abuelos, tus hijas e hijos, tus familiares, amigas y amigos, etc. Mientras tanto, banqueros, empresarios y terratenientes, siguen ganando sus fortunas. Entonces, las trabajadoras, las amas de casa, las jubiladas, las estudiantes y la juventud, somos parte de esa mayoría del pueblo donde el ajuste y la crisis recaen con más crudeza. La deuda es con nosotras, NO con los bonistas ni con el FMI.
Por eso, sostenemos que no hay que pagarla. Que esa plata vaya para salarios, jubilaciones, educación, salud, por la construcción de jardines infantiles en todos los lugares de trabajo y estudio; y NO para una deuda ilegítima, ilegal y fraudulenta. Este 8M y 9M, es necesario que llevemos adelante grandes jornadas de lucha para que todos aquéllos y estos reclamos se escuchen con muchísima fuerza.
En los lugares de trabajo, de estudio y en los barrios, está la fuerza de nuestro movimiento. Es necesario que las conducciones de los sindicatos y centros de estudiantes tomen nuestros reclamos, que organicen instancias de debate y organización, para ser millones en las calles peleando por la aprobación del proyecto de Ley de la Campaña Nacional por el Aborto, la separación de las iglesias del Estado, las medidas necesarias contra la violencia machista, y para que nuestro movimiento se una a la clase trabajadora y los sectores populares para hacer frente al ajuste en curso que nos quieren imponer el Fondo Monetario Internacional y el Gobierno Nacional.
En la Ciudad de San Luis, en otro aniversario del Día Internacional de las Mujeres, la actividad principal se realizará el lunes 09 de marzo, en la esquina del Correo Argentino (Concentración), a partir de las 17:30 horas, para marchar por el centro de la capital puntana.