San Luis (LaNoticia) 21-11-2019. Diana Bernal, quien junto María Elena Aparicio, abogadas de la Secretaria «Ni Una Menos» están representando en el debate Oral a E. T, una mujer de 37 años víctima de las peores torturas, vejaciones y abusos por parte de su ex pareja, R. G. durante un periodo de 9 meses, mientras la tenía privada de su libertad. La otra víctima es la hija de ambos de 9 años quién convivía con ellos y fue testigo directa de varias situaciones de violencia sufridas por su madre.
En el debate oral que empezó el viernes pasado, tuvo desarrollo hasta el ayer y pasó a un 4to intermedio para la semana próxima, el imputado está siendo juzgado por «tentativa de homicidio agravado por la relación, la duración y las consecuencias, y por abuso sexual con acceso carnal, más la ampliación que hizo la Fiscal de Cámara, Carolina Montes Riso, al inicio del juicio, que en el momento de los alegatos hará un nuevo encuadramiento legal de la situación procesal del acusado.
La situación del imputado también se agrava por las consecuencias psíquicas que ha producido en la hija de ambos, quien presenció varias de las torturas a su madre, y relató los episodios de violencia en Cámara Gessel. Con respecto a la declaración de la pequeña, «los peritos confirman la validación. Es un testimonio que solamente puede darlo una menor cuando lo ha vivido», indicó Diana Bernal.
Sin dar pormenores y siendo muy cauta en sus expresiones, Bernal indicó sobre este hecho de violencia de género. «Acá ha quedado en evidencia lo que es el sometimiento de una persona a una relación en el que una de las partes ejerció un poder impresionante sobre la otra, al punto de despersonalizarla, de anular su voluntad, de anular su personalidad, anular su decisión».
Y reveló. «Era una relación espantosa, enferma donde los abusos sobraban, que ya pasa de la situación de abuso que uno puede imaginar y se termina en una situación torturante, denigrante, realmente inhumana», explicó la ex fiscal.
El padecimiento que vivió E. T. no solo evidenció la inacción de la policía, sino también la indiferencia de la sociedad. «No tan solo su madre denunció la desaparición de su hija, sino que también la propia víctima muchas veces gritó pidiendo ayuda y nadie la ayudó. Porque los vecinos escuchaban, porque los vecinos veían que no salía de la casa y sabían que ella estaba adentro».
En este juicio, «debe haber una condena ejemplificadora para que casos como estos no se vuelvan a repetir», culminó Diana Bernal.
Cristina Sosa Puebla
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