El gobierno de Alexis Tsipras sostuvo que «las serias divergencias y contradicciones» entre los principales acreedores de Atenas «dificultan las negociaciones» para un posible entendimiento por la deuda helena. Alemania, en tanto, expresó su «escepticismo» sobre un eventual acuerdo en la reunión del próximo lunes en Bruselas, aunque no lo descartó.
Dada «esta imposibilidad de entendimiento entre las instituciones (…) no puede haber compromiso», dijo el gobierno griego en un comunicado en el que subraya que la situación es «responsabilidad exclusiva» de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
La reacción de Atenas surgió en medio de una serie de declaraciones que intentan sembrar desconfianza sobre la gestión de Tsipras. Horas antes del comunicado, la Comisión Europea afirmó que la situación económica de Grecia se degradó desde que comenzó el año con la mayoría de los indicadores en rojo, y precisó que el crecimiento de la economía debería alcanzar 0,5 por ciento del PIB este año, en marcada contracción con respecto a las previsiones de febrero de la Comisión, cuando pronosticó una expansión de 2,5.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se mostró «bastante escéptico» sobre las posibilidades de poder lograr un acuerdo sobre Grecia en la reunión del Eurogrupo el próximo lunes en Bruselas. Schäuble insistió en su negativa de entrar a hacer especulaciones y se remitió en todo momento a la reunión del lunes. «No es ninguna sorpresa que se especule, pero hay que esperar a la reunión del lunes», declaró y subrayó: «No quiero entrar en especulaciones. Vamos a dejar trabajar al Eurogrupo».