San Luis (LaNoticia) 03-06-2019. Un estudio de una empresa que quiere instalarse en la zona, a 6 kilómetros hacia el oeste de Villa Mercedes, detectó altos valores de dióxido de azufre en el aire.
En el lugar exacto donde la empresa hizo uno de los análisis y registró un valor 24 veces mayor de dióxido de azufre, según los parámetros establecidos por la ley nacional 2.284 de contaminación atmosférica, se encuentra la Escuela N° 347 “Gobierno de San Luis”, donde asisten 40 alumnos.
Además, la zona está poblada de casas quintas y en el mismo dique Vulpiani se encuentran las bombas que extraen el agua para su potabilización y distribución a las redes. En el lugar también se encuentra un campo de deportes del Instituto del Nuestra Señora Carmen.
“El dióxido de azufre, en grados altos y en combinación con el aire es responsable de lo que se conoce como lluvia ácida. Y pude provocar afecciones en las vías respiratorias”, advirtió el concejal Pablo Muract.
El integrante del bloque Mercedinos por el Cambio reveló que una empresa generadora de energía eléctrica comenzó el año pasado a presentar la documentación exigida para instalar una planta en la zona del dique Vulpiani.
La firma llevó a la Municipalidad un expediente de 800 fojas con el detalle de un análisis de impacto ambiental sobre el estado del suelo, al agua y el aire de la zona.
En cuanto al aire, el estudio analizó los valores de monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y dióxido de azufre, entre otros productos consideramos peligrosos en grados altos.
“En ese estudio surgió un dato preocupante: en uno de los puntos de análisis del aire, ubicado exactamente donde se encuentra la escuela N° 347, se detectó un valor de dióxido de azufre 24 veces mayor que el admitido por la legislación nacional que regula las condiciones del medio ambiente para la salud humana”.
La citada ley nacional establece los requisitos que se deben cumplir para prevenir la contaminación atmosférica. Precisa los parámetros admisibles de productos permitidos en el aire, entre ellos, detalla que el valor máximo permitido del dióxido de azufre: 0,07 miligramos por metro cúbico. No obstante, lo que el estudio de la empresa detectó en la zona de la escuela del dique Vuliani fue de un valor de 1,653 miligramos de dióxido de azufre por metro cúbico, o sea 24 veces más que lo permitido.
Muract adelantó que la intención de presentar el informe en el Concejo es que intervengan en la situación organismos municipales y provinciales que correspondan, como también instituciones como la Cámara de la Industria, ante la lógica presunción: “si hay contaminación del aire, implica que hay procesos industriales que lo estarían provocando”.
Este martes 4 de junio, el Concejo aprobará un despacho de la comisión de Ecología y Medio Ambiente para formalizar el pedido de investigación y actuación en el tema.
Lluvia ácida
Según la Enciclopedia Ambiental Ambientum, el dióxido de azufre en altas concentraciones puede ser un gas irritante que provoca alteraciones en los ojos y en las vías respiratorias. En determinadas circunstancias, se producen reacciones químicas en las cuales este dióxido se puede transformar en trióxido. Por su parte, el trióxido de azufre no permanece mucho tiempo en la atmósfera, ya que es altamente higroscópico y en contacto con la humedad se transforma en ácido sulfúrico. Este ácido arrastrado por el agua de lluvia tiene efectos corrosivos producidos por la lluvia ácida sobre los recursos naturales.
En coincidencia, otras fuentes explican que la llama lluvia ácida a la que se forma cuando la humedad del aire se combina con óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre o trióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas de calefacción y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo que contengan azufre. En interacción con el agua de la lluvia, estos gases forman ácido nítrico, ácido sulfuroso y ácido sulfúrico. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.
Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, siendo trasladados por el viento a cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar deterioro en el medio ambiente.