San Luis (LaNoticia) 17-05-2019 Jessica Pereira, tiene 20 años y está embarazada de 6 meses. A los 4 le diagnosticaron «Agenesia Renal Bilateral». Necesita hacer tratamiento en USA para salvar la vida de su hija. No tiene obra social, ni los medios económicos para afrontar los gastos, por lo que recurrió al Ministerio de Salud a solicitar auxilio. El tiempo es contraproducente y la joven madre todavía no obtuvo respuesta por parte de las autoridades gubernamentales.
A pesar del duro diagnóstico médico que recibió a los 4 meses de embarazo, la chica no se dio por vencida y decidió contar su historia con la esperanza de recibir ayuda. «A mi bebe le detectaron Agenesia Renal Bilateral e Hipoplasia Pulmonar, que por lo mismo de que no se le desarrollaron los riñones tiene falta de líquido amniótico y no puede desarrollar los pulmones. En san Luis estuve internada en la Maternidad Teresita Baigorria, me hicieron un seguimiento y me dijeron que lamentablemente la bebé acá iba a morir al nacer. Ya que no iba a poder respirar ni había para hacerle diálisis, ni nada del tratamiento que ella necesita», resaltó.
Jessica reveló que nombró «Sofía» a su hija y al mismo tiempo relató. «La llevé hasta el hospital Garraham y al Argerich y me dijeron lo mismo que en San Luís. Volví a esperar lo peor, porque no encontré otra solución. Me dieron dos opciones: interrumpir el embarazo o seguir hasta que el embarazo se detenga sólo. Y esperando malformaciones de la bebé, esperando que su corazón deje de latir». Sin embargo, renovó esperanzas cuándo, «en el último control de hace menos de dos semanas, resulta que la bebé tiene líquido, se mueve mucho y su corazón late bien».
Sobre el tratamiento que se realiza en USA. «Yo le planteé está situación al Gobierno y a los médicos de acá, me dijeron que ellos no están capacitados en Argentina para salvarle la vida. Que no hay un nivel tecnológico». Y especificó,
«se aplica una inyección de amnioinfusión que sería una solución fisiológica para la bebé y eso hace que se le desarrollen los pulmones, tenga más espacio y eso provoca un parto más prematuro y la bebé al nacer, si sale todo bien, puede respirar por si sola y de allí se la somete a diálisis, luego hay que esperar un poco su crecimiento para un trasplante de riñón».
En el angustiante camino de conseguir auxilio, la joven escuchó respuestas que intentaron desalentarla, pero bajar los brazos no es su opción. «En el Ministerio de Salud me dijeron que tenía que buscar una solución más realista, más tangible. Que no me hiciera ilusiones que me iban a poder pagar ese tratamiento en EEUU, que tenía que buscar opciones acá».
Y continuó. «Quise hablar con la ministra de salud, pero la secretaria me negó una cita, desde el momento en que le dije que no tenía obra social. Y me derivó con una persona que se encarga de bajos recursos y ahí me dijeron que tengo que esperar, que me iban a dar respuesta y sigo esperando».
El paso del tiempo es contraproducente, «porque el líquido de amnioinfusión está cierto tiempo de gestación. Porque la bebé necesita su tiempo para poder desarrollar los pulmones. Y yo no tengo como pagar el tratamiento, ni cómo llegar hasta allá. Y si el gobierno no me ayuda no puedo costear los gastos. Realmente tengo muy poco tiempo», expresó.
Por último, la joven recordó con tristeza cuando trataron de hacerla optar por la interrupción del embarazo. «Me lo dijeron en el mismo momento cuando me hicieron el diagnóstico que la bebé no tenía posibilidad. Que era un diagnóstico incompatible con la vida. Que tenía que interrumpir o seguir, pero si seguía la bebé iba a sufrir. Yo decidí seguir con el embarazo, porque estoy en contra del aborto bajo cualquier circunstancia».
Jessica Pereira- número de contacto 2664514806.
Cristina Sosa Puebla
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