Aun cuando no resulte novedoso, lo cierto es que los casos de corrupción en el actual gobierno de San Luis, siguen siendo la impronta que caracteriza a las gestiones de los hermanos Rodríguez Saá. La causa judicial por la entrega indebida de tablets durante la última campaña electoral sigue en su etapa de instrucción y las pruebas se acumulan en contra de la ministra Alicia Bañuelos, en la que también está denunciada María Angélica Torrontegui, por su actuación como ministra de Desarrollo Social.
Los dispositivos digitales fueron entregados solo con finalidad electoral, aunque el reparto siga en marcha. La efectividad de la política digital de la que dicen recibir condecoraciones en el mundo, no se nota en la provincia. Por el contrario. No hay escuela en San Luis en donde los alumnos y los docentes trabajen digitalmente y no es porque los profesores se nieguen, sino porque la situación social es de tal gravedad que la anomia es cada día más generalizada. No hay interés en los alumnos. Tampoco hay motivaciones suficientes en la mayoría de los profesionales de la educación. Con las tablets solo hacen grandes negocios, que tienen mucho que ver con el entorno de la denunciada ministra Bañuelos y los propios Rodríguez Saá son los primeros que lo saben, consienten y silencian.
Las cifras son millonarias. Las licitaciones teñidas de sospechas y de ese modo sigue existiendo la “provincia mejor administrada”. Continúan con los manejos espurios de los “Fondos Rotatorios”, de las “Cajas chicas” y de los “Fondos Reservados”. Los ministros llegaron a disponer de cifras millonarias para repartir durante la última contienda electoral. Cuando se agotaban, los fondos eran repuestos con la energía propia de la necesidad y de la urgencia. La necesidad de comprar voluntades y la urgencia de los tiempos electorales.
La corrupción es la esencia que distingue a los millonarios hermanos, pero su acostumbramiento a lo ajeno y la devoción por el dinero y los bienes públicos, no hará que por repetida sea normal semejante conducta.
Desde sus múltiples medios hegemónicos de comunicación, despliegan indirectas campañas distendidas, con la ambición de llegar al sentimiento de los mismos sanluiseños, que son víctimas de sus atropellos.
Uno, de valiente gobernador a huidizo presidente de tres días hábiles. Otro, de ateo a católico. De admirador de Massera a defensor de Cristina. De humilde docente durante la dictadura a poderoso millonario en la democracia. Son tan pobres que lo único que tienen es plata. Seguirán acumulando riqueza, pero jamás el respeto perdido.