San Luis (LaNoticia) 19-09-17. Las actividades de los últimos días, muestran que ser fiel a los `amos´, no siempre es bueno para los ciudadanos.
Tal como informamos en nuestro sitio, el 4 de septiembre pasado, el intendente de La Punta, Martín Olivero, recibió una motoniveladora comprada con fondos nacionales, con lo que el Municipio ya cuenta con cuatro vehículos propios para el mantenimiento de calles y espacios públicos –clic acá para ver archivo-.
Muy lejos de eso, el intendente de Juana Koslay, Andrés Vallone, cada vez que se acuerda de arreglar alguna de las tantas calles de tierra que tiene esa ciudad, tiene que contratar la maquinaria específica, porque en dos períodos de gestión -ocho años- no fue capaz de adquirir ni una carretilla.
Siempre cuando habla por lo bajo, Vallone se queja sobre la escasa coparticipación que recibe su Municipio por lo que es imposible hacer cualquier cosa por gestión propia.
La Punta también recibe escasa coparticipación, como todos las Municipalidades de la provincia de San Luis, que tienen la coparticipación más baja de Argentina.
Pero ante esto, Olivero decidió hacer gestión sentándose con los funcionarios del gobierno nacional y a partir de allí solicita, y recibe. Tal vez no recibe todo lo que solicita, pero al menos consigue ir incorporando obras y maquinarias a su Municipio, el que está castigado porque el titular de la comuna no es del agrado del gobernador Rodríguez Saá y sabido es que si un funcionario no es del agrado del gobernador, nada puede esperar del Gobierno provincial.
Vallone, en cambio, es un gran obediente de los hermanos Rodríguez Saá, pero la gran pregunta sería ¿Qué consigue de los hermanos? Poco y nada, porque no adquirió ni una máquina vial en ocho años, no asfaltó la cantidad de calles que Olivero ha asfaltado en dos años, porque tiene terror de pedir al Gobierno nacional, como hace su par de La Punta, sabiendo que un gesto de esos significaría perder la bendición de los hermanos.
Como se puede ver en la imagen que acompaña esta nota, Vallone para arreglar las calles -una vez cada muerte de obispo- recurre a alquilar maquinarias a empresas privadas, algo que es carísimo. Esos alquileres, generalmente, son por hora y tal como se aprecia en la imagen, la máquina está andando sin arreglar las dos cuadras que quedan detrás de ella, es decir que el Municipio -o sea sus vecinos- pagan una máquina privada para que pasee por el barrio en lugar de trabajar.
Lo que queda muy claro es que mientras un Municipio tenga maquinarias propias abarata costos y esto es beneficio para los vecinos; algo que al parecer no le preocupa a Vallone.
Lo cierto es que el calvo intendente de Juana Koslay deja su mandato en diciembre, y por el oficialismo se presenta como candidato Jorge `falta de ortografía´ Videla, a quien habría que hacerle la gran pregunta: Si resulta electo ¿Va a hacer lo mismo que Vallone o va a imitar en algo a Olivero?
Carlos Rubén Capella
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