Por primera vez en décadas se nos ha propuesto a los argentinos un plan a futuro para la educación. Se trata del Plan Maestr@ [i]
Años que se reclama algo así. Años que se machaca con la necesidad de pensar la educación a largo plazo. Años insistiendo en la imperiosa necesidad de una política de estado pensada y ejecutada entre todas las expresiones políticas comprometidas con la república y la democracia.
Reclamos, insistencias, clamores que resultaron vanos por la prevalencia de una política mayormente preocupada por el corto plazo, por el próximo triunfo electoral, por acumular poder (y en demasiados casos, riquezas personales).
Años en que las buenas ideas, incluso plasmadas en leyes, no se cumplen y ahí quedan, incluidas en las buenas intenciones que integran el empedrado camino al infierno (educativo en este caso) y alimentando las broncas y desilusiones de quienes saben que nuestros problemas se solucionan desde la educación.
Años en que las propuestas políticas para la educación son una cantinela reiterada y declamativa, casi calcadas, sin llegar a fondo. La construcción de escuelas, la provisión de materiales, libros, computadoras, son todas ellas acciones necesarias; pero mucho más lo son el dignificar y mejorar la docencia, la actualización dinámica de planes y contenidos, la evaluación de cada instancia y de todos los actores de la educación, elevar los niveles de exigencia, de obligatoriedad, eliminar la deserción y el desgranamiento, asegurar el aprendizaje tanto como el juicio crítico y la creatividad, etc.
Años en que dirigentes, gobernantes y legisladores han ido postergando los cambios educativos -que hoy revisten el imperioso carácter de revolución educativa-, privilegiando lo material, lo que se ve y da réditos electorales en lo inmediato.
Años en que ante el avance educativo de muchos países hermanos, nuestro quietismo se convirtió en decadencia, en derechos cercenados.
Sumatoria de yerros políticos que el Dr. Abel Albino sintetiza magistralmente diciendo que debemos comenzar a pensar y actuar sabiendo que “el futuro argentino no son las próximas elecciones sino las próximas generaciones”.
Hoy tenemos la propuesta de un Plan Maestro que llega con metas escalonadas, hasta el año 2026. A priori, cabe decir que no es un plan que merezca un 10, le falta para eso. Pero tenemos un plan, para conocer, meditar, analizar, discutir, proponer, asumir, concretar, aplaudir o modificar.
Nuestra respuesta ha sido lamentable.
En el link correspondiente de la web del Ministerio de Educación de la Nación, no llegan a mil los aportes, comentarios y críticas que se han hecho desde marzo a la fecha de parte de la totalidad de los argentinos. No hay noticias de que este plan haya sido objeto de estudios de parte de asociaciones sociales, gremiales, profesionales, políticas, etc.
Este desinterés se relaciona también con la nula publicidad oficial del plan sus objetivos y qué se espera de todos nosotros para que la educación en general y este plan en particular ocupen el lugar destacado, prioritario en la agenda diaria de los argentinos. A mi juicio, una grave omisión del gobierno nacional.
En consecuencia de lo uno y de lo otro, los medios de comunicación social, los periodistas, poco y nada se han ocupado del tema.
Así, la educación no es tema de interés para nuestro pueblo, tampoco de nuestra dirigencia y referentes. “No vende” según los parámetros del marketing. Es como que el futuro no es tema de interés para los argentinos.
Este plan será elevado al Poder Legislativo para que reciba el tratamiento profundo y urgente que merecemos y necesitamos todos.
Que todo eso se haga no desde la ceguera partidaria o sectorial, sino desde el amor a la Patria, a nuestras jóvenes y futuras generaciones; ejerciendo la cultura del encuentro en aras del bien común. Si no superamos las diferencias desde, por y para la educación… ¿Cuándo?
El Plan Maestro o como se decida llamarlo cuando se convierta en ley, no será el Plan Macri, ni el plan Bullrich, será el plan educativo argentino para los próximos decenios, para las próximas generaciones, que deberá ser ejecutado por los futuros gobiernos, cada cual con sus particularidades, pero dentro de las pautas y metas que se dispongan.
Ya pasó bastante tiempo de silencio e inacción social frente a una propuesta necesaria.
No sigamos en la línea de la indiferencia, demostrémonos a nosotros mismos que somos capaces de pensar, planificar y concretar entre todos un futuro distinto, teniendo siempre presente el concepto sarmientino tan claro y categórico:
TODOS LOS PROBLEMAS, SON PROBLEMAS DE EDUCACIÓN.
[i] Escrito con una incomprensible @ en lugar de la o. Digo incomprensible, porque no cabe aquí el concepto de género. No es lo mismo un plan Maestro que un plan Maestra. Por lo que la @ es a mi juicio un flojo intento demagógico, un mala carátula para una muy buena idea.