Lorena Arias, de 30 años; la madre de la joven, de 55 años; y una hermana de esa última mujer, de 90 años; fueron asesinadas a apuñaladas en su casa en la localidad mendocina de Godoy Cruz. El asesino identificado como Daniel Salazar, expareja de Lorena, también dejó gravemente heridos a una beba de siete meses y su hermano de 11 años. Otro niño, de 8 años, logró esconderse y solicitar ayuda por teléfono.
El ministro de Seguridad de Mendoza, Gianni Venier, calificó de «psicópata» al atacante y sostuvo que se trata de «un enfermo, un asesino de veras que produce una masacre». Salazar, quien es instructor de artes marciales, fue detenido en el hospital Central, a donde llegó para curarse una herida en el brazo que dijo sufrir en un robo.
Cuando las fuerzas de seguridad arribaron a la vivienda, ubicada en la calle Entre Ríos al 1800, en el barrio El Trapiche, encontraron que el hombre al retirarse había dejado una vela encendida y las llaves de gas abiertas.
La beba de siete meses que fue atacada por Salazar logró ser reanimada en el hospital pediátrico Humberto Notti, donde quedó internada junto a su hermano de 11 años, quien fue intervenido quirúrgicamente, porque presentaba una herida de arma blanca en el tórax y rastros de perdigones. Los niños se encuentran internados en «estado grave», de acuerdo a lo informado por el director del hospital pediátrico, Raúl Rufeil.
El jefe médico indicó que cuando fueron recibidos por los «médicos de guardia, el niño fue directamente a quirófano y la beba a terapia» intensiva. «Ellos son hermanastros y hay un tercer chico (de 8 años) que se escondió en el baúl del auto durante los ataques y pudo pedir ayuda por teléfono», añadió Rufeil.
El fiscal Santiago Garay, a cargo de la investigación, tenía previsto indagar al detenido en la comisaría séptima. Garay coincidió con el ministro Venier en señalar que el atacante dejó «la hornalla de gas abierta y una vela prendida».