Antes que nada, toda la polis, debe reconocer el caos vehicular que hay en la ciudad de San Luis.
Producto de un crecimiento urbano desmedido y de un incremento excesivo en la cantidad de vehículos de motor -sobre todo de ciclomotores y motos de baja cilindrada- dado el bajo o mediano costo y las facilidades para la adquisición a través de la financiación con que se comercializan las motos. Haciendo ello que muchas personas que nunca antes manejaron un vehículo de motor, sin una adecuada formación vial, conciencia del riesgo vial y con una carencia de conocimientos teórico-prácticos de manejo, se conviertan de repente en conductores novatos o primerizos y obtengan licencia para guiar el rodado de más alto riesgo en la circulación urbana (aumento del índice de motorización social). Y todo ello con el agravante que las políticas públicas municipales no han logrado aún revertir o por lo menos controlar esta situación de anarquía vial. Como decía mi viejo “Al que le quepa el sayo, que se lo ponga…”
Ahora bien debemos ser y somos partidarios de solucionar esta problemática, o por lo menos hacer nuestro aporte desde el área de investigación de la Auto Escuela San José. A tal efecto hemos analizado o arribado a un diagnóstico actualizado con una planificación programática para el futuro.
Es imperativo que reconozcamos que lo importante no es la cantidad de vehículos que pueden circular por las vías, sino la cantidad de personas que pueden trasladar. Debemos trabajar para que nuestras ciudades logren una evolución desde la circulación a la movilidad sostenible y debemos dejar atrás las políticas basadas en la gestión del tránsito, tomando como elementos de referencia los términos peatón, proximidad, cohesión, diversidad, etc.”.
Debemos tener en cuenta que en las arterias urbanas la prioridad de paso es del peatón respecto del automóvil, preferencia que se invierte en las rutas. Pero para poder tomar una ruta provincial o nacional primero debemos salir de nuestra casa, atravesando la ciudad, y lo mismo haremos cuando regresamos haciendo el camino inverso, por lo que lo que nos toca más de cerca, lo cotidiano, lo más próximo, es la movilidad dentro del ejido municipal, y es por ello que se impone un compromiso de todos los actores involucrados (públicos, privados y sociedad civil) para diagramar y tomar medidas a corto, mediano y largo plazo que tengan en cuenta la primacía del peatón en la circulación o movimiento urbano. Soy claro en esto, de qué me sirve tener una gran cantidad de autopistas, si puedo morir en el intento para llegar a ellas…
Reflexionemos: “Si la estrategia se centra en la promoción del transporte colectivo, de tal manera que las grandes distancias que viajan los usuarios para acceder a todos los servicios de la ciudad se puedan realizar con mayor eficiencia y menor tiempo de viaje, entonces se tendrá una mejora significativa con respecto al sistema de transporte que gira en función del vehículo particular”.
A tal efecto debemos de dejar de realizar los estudios de transporte con el fin de planificar la oferta de infraestructura vial necesaria para que los ciudadanos accedan a los diferentes bienes y servicios que ofrece la ciudad.
Por lo tanto debemos amalgamar con nuestra realidad, cultura, recursos humanos y económicos, el concepto de movilidad sostenible reemplazando al de transporte. Pero para ello debemos contextualizarlo y ubicarlo en España, esto se refleja en el momento en que los estudios de origen y destino de los distintos destinos.
Los antecedentes se remontan a la segunda mitad del siglo XX, cuando se comenzó a dar importancia a los límites ecológicos y ambientales del planeta. Este es el momento en que aparece el término sostenibilidad: al término “movilidad” se le añade un “apellido”.
Surgiendo de esa forma el concepto de movilidad sostenible. Este cambio desde el transporte, o circulación, hacia la movilidad sostenible no solo es un cambio terminológico, sino que constituye un cambio profundo en el objeto y sujeto de estudio, en los métodos de análisis y en los procedimientos de intervención”.
El transporte público es más eficiente en el uso del espacio que el automóvil particular, tal como lo muestra la imagen que acompaña esta nota, veamos con espíritu crítico:
Creo que la imagen es más que significativa….
…Hoy muchos ciudadanos piensan que desplazarse a pie, en bicicleta o en transporte público es símbolo de fracaso social o, por lo menos, de no haber logrado el progreso adecuado. Contrariamente en muchas ciudades, sobre todo las europeas, desplazarse en estos medios de transporte es símbolo de calidad de vida…Hasta la próxima!!!
En memoria a mi Papá
José Hugo Quevedo
05-11- 1940 / 17-10- 2010