El Gobierno estadounidense decretó el estado de catástrofe para una amplia región del país.
A 13 ascienden las personas fallecidas por las inundaciones en Luisiana, Estados Unidos, donde se ha producido un desastre de gran magnitud por las intensas lluvias.
Cuando las aguas comienzan a retirarse, los habitantes de ese Estado tratan de recuperar algunas de sus pertenencias en lo que quedó de sus hogares llenos de agua y los equipos de rescate van en busca de víctimas casa por casa.
El número de víctimas mortales fue creciendo lentamente y ayer se contabilizaron dos muertes más que el miércoles, según declaraciones de la portavoz del gobernador John Edwards Bel.
Aunque el nivel de las aguas ha ido en descenso y muchos lugares ya están secos, el Servicio Meteorológico Nacional estimó que habría que esperar hasta el viernes para que el agua quedara por debajo del nivel de inundación.
Alrededor de 40 mil viviendas fueron destruidas en diferentes grados, unas 40 mil personas ya solicitaron asistencia y 30 mil han tenido que ser rescatadas de sus casas o vehículos y más de 12 mil tuvieron que permanecer en alojamientos provisionales.
De las 64 parroquias del Estado de Luisiana 22 han sido declaradas zonas de desastre, y ahora sus habitantes esperan por la asistencia federal.