El ex jefe de Estado indicó que se vislumbra un nuevo escenario para el PT y el PCdoB, de cara a las elecciones municipales.
El ex mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anticipó que las elecciones municipales próximas a efectuarse en octubre de este año, permitirán al Partido de los Trabajadores (PT) y al Partido Comunista de Brasil (PCdoB, en portugués) comenzar una nueva experiencia política.
Mencionó que será mucho más rico hacer campaña, toda vez que recordó que esta será la primera elección en las cuales no habrá financiamiento empresarial.
Desde Río de Janeiro, donde participó del lanzamiento de la precandidatura de la diputada federal Jandira Feghali (PCdoB) para competir por la alcaldía carioca, dijo que la oportunidad será propicia para que los aspirantes descubran los artistas populares que existen en cada barrio, «los guerreros que tenemos en cada esquina del país».
Po su parte, Feghali advirtió en el acto que esta será la campaña electoral más permeada por grandes dificultades, pero recordó «somos una izquierda que sueña, imagina, habla, pero también hace».
Por otro lado, subrayó que Río es hoy una ciudad insegura, especialmente para las mujeres, y poco preocupada con los trabajadores que vienen de barrios distantes, y consideró necesario crear conciencia para que se transforme en una urbe más generosa, tolerante y con libertades religiosa y sexual.
En contexto
Las elecciones municipales previstas para octubre próximo en Brasil son vistas por el Partido de los Trabajadores (PT) como un frente de resistencia y de denuncia al golpe parlamentario instalado en el país.
El Directorio Nacional de la organización expresó que estos comicios se desarrollarán bajo la égida de un gobierno ilegítimo, que golpeó a la presidenta Dilma Rousseff a través de un impeachment (juicio político) sin base legal.
Rousseff se vio obligada a separarse de su cargo por un período no mayor a 180 días, luego de que el Senado aprobara la ejecución de un juicio político en su contra con 55 votos a favor, 22 en contra y 1 abstención (de 78 de los 81 miembros del cuerpo colegiado).
En este período las autoridades brasileñas se encargarán de encontrar las pruebas que no fueron presentadas ni en la Cámara baja, ni en el Senado.