El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, reconoció que la Argentina está atravesando «el peor momento» del gobierno de Mauricio Macri y que abril será «el peor mes» con una tasa de inflación «muy alta», pero aventuró que «se derrumbará» en junio.
«Estamos en el peor momento de este Gobierno. Este que estamos terminando (por abril) va a ser el peor mes. Vamos a tener una inflación muy alta porque estamos absorbiendo el aumento de tarifas», justificó el legislador macrista, quien en diálogo con radio La Red pronosticó que «el mes que viene (por mayo) va a bajar un poco (la inflación)», mientras que «en junio se va a derrumbar la tasa de inflación» que, dijo, «va a tender a ser de alrededor del 2 por ciento o menos y de ahí va a bajar».
La baja en la tasa inflacionaria responderá a que «ya se van a haber absorbido estos aumentos de tarifas de electricidad y agua que estamos afrontando en este mes», explicó Pinedo. Al respecto, justificó el «inevitable» incremento en las tarifas, al sostener que «estaban casi congeladas en pesos durante 12 años con una inflación del 700 por ciento», algo que era «insostenible».
Consultado sobre si abril representará la tasa inflacionaria más alta para el gobierno macrista, el legislador vaticinó: «Sí, definitivamente» y aclaró que el objetivo del gobierno es «terminar la gestión de Macri con una inflación internacional de alrededor del 5 por ciento». Diferentes consultoras pronostican una inflación para abril de por lo menos el 6 por ciento, por el impacto de los aumentos tarifarios del gas, el agua corriente, el autotransporte de pasajeros y el tren, además de un 6 por ciento en los combustibles. El alza de precios acumulada en el primer trimestre fue de 11,9 por ciento para la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires y del 12 por ciento para el conjunto de consultoras representadas por bloques opositores de la Cámara de Diputados. En consecuencia, la inflación del primer cuatrimestre se ubicaría en por lo menos el 18,6 por ciento, lo que deja un margen demasiado estrecho para cumplir con la meta anual del 25 por ciento.
Más allá de las dificultades para alcanzar esa meta, en el Gobierno confían en un descenso de las tasas mensuales de inflación, tanto por la licuación del impacto de los aumentos tarifarios como por la contención en la base monetaria, que en los últimos doce meses se incrementó un 24,7 por ciento y en los últimos cuatro se redujo en un 10,5 por ciento.
Más temprano, el presidente provisional del Senado, había dicho que no creía que el proyecto de emergencia ocupacional fuera «a convertirse en ley en Diputados» y dijo que de aprobarse la iniciativa sería «letal» para las pymes.
«La gran preocupación y responsabilidad del gobierno no es hacerse el simpático levantando la mano y votando una ley que beneficia a un sector chico de la población como son los empleados en blanco registrados, pero que para algunas empresas chicas puede ser letal y significar la quiebra», dijo Pinedo en declaraciones a radio Belgrano y Vorterix.
«No creo que lo que se votó en el Senado vaya a convertirse en ley en Diputados», agregó luego de que la Cámara alta aprobara el proyecto de ley que declara la emergencia ocupacional, tanto en el sector privado como en el estatal, para frenar por seis meses los despidos y las suspensiones.
El proyecto obtuvo 48 votos a favor y 16 en contra, apoyado por todas las bancadas de la oposición tras un debate que duró casi seis horas. Ahora la iniciativa tendrá que ser aprobada sin modificaciones para que sea convertida en ley; de lo contrario, debería regresar a la Cámara alta.
Para Pinedo, «no es el mejor mecanismo para defender a los trabajadores especialmente a la gente que menos tiene», por lo que defendió la postura del Gobierno, al señalar que «cuando hay problemas de desempleo lo que hay que hacer es generar empleo y proponer normas y acciones para generarlas».
Agregó que la aprobación de la ley «puede significar que, frente a la enorme cantidad de inversiones que va a recibir la Argentina, se genere una mirada negativa porque al Congreso se le ocurre cambiar las reglas del juego de la organización del país».