San Luis (LaNoticia) 27-04-16. La idea salió al ruedo hace un tiempo pero al parecer la guardaron para desempolvarla en años no electorales.
Los colectivos que brindan el servicio del interurbano en las ciudades satélites de la capital provincial, parecieran ser de gran molestia para los concejales capitalinos, quienes vuelven al ruedo con la idea de que este servicio no ingrese al casco céntrico, sino que circule -a lo sumo- por las denominadas cuatro avenidas.
Lo peor de todo, es que esta “idea” es manipulada por concejales que se dicen pertenecer al movimiento nacional y popular del kirchnerismo, pero actúan muy lejos de lo que los creadores de ese espacio sostenían o aún sostienen.
Por ejemplo, la frase de Néstor Kirchner “la Patria es el otro”, que sugería que todos debemos pensar en los problemas del otro para tratar de solucionárselos, en este caso pasaría a ser una mala frase, porque si lo que se busca es que los más humildes -que son quienes utilizan ese servicio- tengan que caminar varias cuadras más de las que hoy camina para llegar al centro o al Poder Judicial o a tantos lugares céntricos, precisamente es pensar que “la Patria no es el otro”.
Otra frase del kirchnerismo es “los números deben cerrar con la gente adentro” y esto en alusión a las políticas presupuestarias de los gobiernos. Aún cuando se refiere a presupuestos, podríamos hacer un paralelismo, en cuanto a que “los problemas se deben solucionar con la gente adentro”.
Es decir, volvemos a la vieja pelea que sostiene que son los colectivos los que causan el caos vehicular en el centro, cuando en realidad son los vehículos particulares los responsables, porque si un colectivo para en su parada sobre la mitad de la calle, es porque un automovilista está mal estacionado en el espacio exclusivo para que paren los colectivos. Un colectivo lleva cerca de 40 a 50 personas, mientras que el automóvil lleva a lo sumo 5, es decir que para que ingresen 40 a 50 personas en auto, lo mínimo indica que son 10 coches contra un colectivo. Sabemos que con esto no descubrimos la pólvora, pero debe quedar bien en claro quiénes son los responsables de los embotellamientos.
Pero más allá de toda discusión, quienes son los mayores responsables del desorden vehicular en el centro, son los propios funcionarios municipales, porque no hay mano dura para con quien estaciona en lugares no permitidos. Un gran ejemplo de esto, tiene que ver con la gran idea de ensanchar veredas céntricas para desalentar el uso del automóvil particular en el microcentro, pero a diario vemos cómo los inescrupulosos automovilistas estacionan sin importar que la calle tiene un ancho pequeño que no permite a otros automovilistas transitar con regularidad y todo esto ante la mirada compasiva de los inspectores municipales que en lugar de tomar medidas, miran como vacas pasar al tren.
Al parecer, los concejales que tienen esta mala y antipopular iniciativa no tienen presente la historia reciente en este tema. En la gestión de Daniel Pérsico en la Municipalidad de San Luis, el interurbano ingresaba a la capital por Pedernera y también con la estúpida escusa de mejorar el tránsito en el centro, retiraron su ingreso a Bolívar como es hoy en día. La gran pregunta para Pérsico y los `genios´ concejales que hoy intentan una medida antipopular sería ¿Se solucionó el caos vehicular en Pedernera? La respuesta es NO, porque si algo de tránsito se logró que no vaya por Pedernera, fue por peatonalizar Rivadavia entre Pedernera y Junín, no quitar el recorrido del interurbano del lugar.
Otro de los temas que los `genios´ concejales no observan, es que en gran parte de las calles por las que circula el interurbano, son aquellas en las cuales está terminantemente prohibido estacionar porque son parte del recorrido del urbano de pasajeros, pero que siempre tienen vehículos particulares estacionados, y que son éstos los verdaderos responsables del descontrol vehicular, no los colectivos.
Muchachos, son grandes. No hagan que una gran frase de Juan Domingo Perón les quepa como anillo al dedo, sobre aquello de que “no hay nada más peligroso que…”, porque de lo contrario, se debería pensar en una ley que obligue a todo funcionario público de cualquier Poder del Estado a ir a su trabajo en el servicio público de pasajeros, ya sea urbano o interurbano y van a ver como de esta forma, no habrá servicio más efectivo que el público de pasajeros y además todos van a pasar por la estatua de Pringles.
Carlos Rubén Capella
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