Alfredo Cornejo claramente quiere refundar la Policía de Mendoza. O al menos marcar a fuego su impronta en una fuerza de seguridad muy cuestionada por casos de corrupción o de excesos pero también politizada al máximo en la gestión anterior.
Casos como el de los policías que festejaron año nuevo a los escopetazos en una comisaría, a otros que forman parte de bandas delictivas, o el colmo del par de investigadores que fueron imputados por cambiar el precios de los cortes de carne en un súper, colmaron la paciencia de Cornejo.
Así, en los últimos días, tuvo varias participaciones en actividades relacionadas con la Policía de Mendoza. Primero fue a la apertura del ciclo lectivo 2016 del Instituto de Seguridad Pública, donde pidió “policías profesionales, que la sociedad los valore”. Dos días después, estuvo en un acto en el Ministerio de Seguridad, donde felicitó a uniformados que habían abatido delincuentes en los últimos meses.
No obstante, “y para sacar lo mejor de cada uno”, el mismo Cornejo presentó dos medidas que han generado cierto malestar en la fuerza. Por un lado, la Provincia firmó un convenio con YPF para que en sus estaciones de servicio y luego de ingresar un PIN, los policías carguen combustible. Desde hace décadas, el abastecimiento de las patrullas ha sido un agujero negro presupuestario. Este convenio busca justamente llevar un control exhaustivo de lo que gasta la policía en combustible.
Por otro lado, Cornejo presentó el “legajo digital” para los uniformados. Se trata de una ficha en el sistema informático del Ministerio de Seguridad en la cual se incorporarán todos los datos personales del policía, incluidos los servicios extraordinarios que realiza, los horarios de los mismos, el cronograma de trabajo en la fuerza y también los horarios de descanso. A su vez, el “legajo digita” contendrá información patrimonial y familiar de cada efectivo.
“Tenemos policías que trabajan como seguridad privada y luego duermen en las patrullas”, se quejó Cornejo, a la vez que se mostró muy ofuscado por casos de policías ladrones o acusados de pedir coimas.
La intención del Gobierno provincial es “terminar con la lógica política en la policía”. La afirmación tiene que ver con los 8 años que el ex vice gobernador Carlos Ciurca controló la fuerza, poniendo a gente de mucha confianza en los altos mandos. Justamente la “profesionalización” de la fuerza de seguridad de la Provincia es una de las prioridades de Cornejo, quien a cada rato menciona la importancia de tener una policía de excelencia para combatir el delito.
Por el lado de la fuerza, no es un secreto que las medidas de control han generado cierta inquietud entre los uniformados. No obstante, por el momento no hay manifestaciones públicas. El malestar comenzó en marzo pasado, cuando el Gobierno decretó un 25 % de aumento anual para los efectivos, lo que varios consideraron “insuficiente”.