Un informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados alertó sobre las cifras y demandó una acción urgente para asegurar que los niños no acompañados y otras personas vulnerables reciban la protección que merecen.
El número de personas que huyen de la violencia en Centroamérica ha aumentado a niveles que no se conocían desde que la región fue azotada por los conflictos armados en los años 80, alertó el informe de Acnur.
«Solamente el año pasado, 3.423 personas, la mayoría de El Salvador y Honduras, solicitaron asilo en México -con un aumento de 164 % con respecto a 2013 y de 65 % con respecto a 2014, añade el texto», difundido en Ginebra, Suiza.
El número de las solicitudes de asilo presentadas por personas que huyen de la violencia en El Salvador, Honduras y Guatemala -el llamado Triángulo Norte de Centroamérica- subió dramáticamente también en otros países de la región.
Costa Rica, por ejemplo, registró 2.203 solicitudes de asilo en 2015 -con un aumento de 176 % con respecto a 2013 y de 16 % en referencia a 2014- sobre todo a raíz de las llegadas desde El Salvador. Costa Rica acoge actualmente a 3.616 refugiados.
En Belice, país que cuenta con una población de 400.000 personas, se registraron 633 solicitudes de asilo en 2015, con un aumento de diez veces con respecto a 2014. «Los otros países de la región, es decir, Nicaragua y Panamá, también están registrando los mismos fuertes aumentos de las solicitudes de asilo de personas que huyen de los países del Triángulo Norte», continua el reporte.
Los datos preliminares de 2015 muestran que Estados Unidos continúa siendo el país que recibe el mayor número de solicitudes de asilo desde el Triángulo Norte. Al confirmarse los datos actuales, estaría registrando un aumento del 250 % con respecto a 2013 y de casi el doble con respecto a 2014.
El Acnur considera que la situación actual en Centroamérica representa una crisis de protección. Expresamos particular preocupación por el rápido aumento, entre los que huyen, de niños no acompañados y mujeres, quienes se enfrentan al reclutamiento en pandillas criminales, a la violencia sexual y de género y al asesinato.
«La violencia a gran escala y la persecución a manos de actores criminales armados ya se han convertido, junto con la pobreza y la falta de empleo, en las causas principales de los movimientos migratorios desde el Triángulo Norte», refirió el informe.