Una nueva tragedia de inmigrantes en el Canal de Sicilia (Mar Mediterráneo) cerca de la isla italiana de Lampedusa cobró la vida de al menos 300 inmigrantes.
En dos de las embarcaciones viajaban 105 y 107 personas, respectivamente, que habían salido de las costas de Libia el pasado sábado. En otra viajaban 105 inmigrantes de los que 29 fallecieron por hipotermia. El resto falleció por el naufragio de las embarcaciones (cuatro lanchas) provenientes de Libia, confirmó la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Del recuento hecho por los sobrevivientes se sabe que cuatro botes neumáticos, con unas 100 personas a bordo cada uno, partieron de una playa cercana a Trípoli (Libia) el pasado sábado por la tarde.
Después de que fueran socorridos, los inmigrantes que no poseen ninguna identificación aseguraron que junto a ellos viajaban 105 y 107 personas, respectivamente.
El portavoz de la agencia en Ginebra (Suiza), Adrián Edwards, manifestó que “en 2015 y bajo las condiciones climáticas de enero y febrero estamos viendo un significativo incremento en el número de refugiados y migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo, en comparación con el mismo periodo el año pasado”.
Por su parte, el papa Francisco pidió este miércoles solidaridad para que «a nadie le falte el necesario auxilio» tras la enésima tragedia de inmigrantes en el Canal de Sicilia.
«Sigo con preocupación las noticias que llegan de Lampedusa donde se cuentan otros muertos entre los inmigrantes a causa del frío durante la travesía en el Mediterráneo», dijo el papa al terminar la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro (Vaticano).
Francisco afirmó que dedica sus oraciones a las víctimas y realizó un llamado para «animar nuevamente a la solidaridad para que a nadie le falte el necesario auxilio».
ACNUR reiteró su llamado a la Unión Europea para asegurar la capacidad y proveer a Italia de apoyo para lidiar con las personas que cruzan irregularmente el Mediterráneo.