Se trata de un entendimiento sobre aviación civil, que permitirá recuperar rutas regulares directas, por primera vez en más de 50 años, y que se ejecutará a partir del próximo otoño.
Los gobiernos de Cuba y Estados Unidos firmaron ayer en La Habana un memorando de entendimiento sobre aviación civil, calificado de histórico porque restablece los vuelos regulares directos entre sí después de más de 50 años, que estará operativo a partir de septiembre, aunque los estadounidenses aún no pueden viajar a la isla por turismo sino sólo por una docena de razones prefijadas.
El memorando, suscripto en el Hotel Nacional de La Habana por Adel Yzquierdo Rodríguez, ministro del Transporte y Alfredo Cordero Puig, presidente del Instituto de Aeronáutica Civil, por Cuba, y Anthony R. Foxx, Secretario de Transporte, y Charles H. Rivkin, Secretario Adjunto para Asuntos Económicos y de Negocios del Departamento de Estado, no incluirá todavía vuelos de aviones cubanos a Estados Unidos, porque lo prohíbe el bloqueo de Washington.
«Hoy es un día histórico en la relación entre Cuba y Estados Unidos. Estamos firmando este memorando de entendimiento para que por primera vez en más de cinco décadas Estados Unidos y Cuba tengan un servicio de transporte aéreo regular», afirmó en la capital cubana el secretario de Transporte Foxx.
El acuerdo tiene como objetivo aplicar, sobre la base del respeto mutuo y la reciprocidad, disposiciones para el transporte aéreo internacional, además de otorgar permisos a las aerolíneas de cada país para vuelos regulares y charters sobre las rutas acordadas.
Sus cláusulas disponen la posibilidad de realizar inicialmente hasta 20 vuelos regulares diarios entre aeropuertos de Estados Unidos y La Habana, además de hasta 10 hacia y desde cada uno de las otras nueve terminales internacionales cubanas.
De igual forma establece que las autoridades competentes podrán solicitar un incremento de las frecuencias en cada temporada en la que las aerolíneas de las partes firmantes podrán concertar arreglos comerciales de colaboración.
Por eso Yzquierdo señaló en su discurso que «gracias a este memorando, las aerolíneas de ambos países podrán también concertar acuerdos comerciales de colaboración, como códigos compartidos y contratos de arrendamientos de aeronaves».
Luego de firmar el documento con Yzquierdo, Foxx agradeció y elogió la labor, dedicación y profesionalidad demostrada por los especialistas en el proceso de negociación que culmina con la reanudación del servicio aéreo civil entre ambos países.
El funcionario estadounidense destacó que más que el reinicio de los vuelos es un hito en los esfuerzos por tener un diálogo y relaciones normales con la isla, y un compromiso por el fortalecimiento de los lazos bilaterales.
Con la firma del acuerdo, hoy se abrirá el proceso de licitación para que las aerolíneas estadounidenses presenten sus solicitudes al Departamento de Transporte para las rutas que les gustaría operar.
Pese a sus limitaciones, la iniciativa permitirá a las grandes aerolíneas norteamericanas «negociar» con la contraparte cubana hasta 110 vuelos comerciales diarios a La Habana, y a otras localidades de la isla, en una segunda etapa, una cifra amplia y para muchos sorprendente.
«El gobierno cubano ha prometido considerar peticiones futuras del gobierno de Estados Unidos para incrementar el nivel de estos servicios», dijo Thomas Engle, subsecretario de Transportes del Departamento de Estado.
Engle declaró a la prensa que los dos gobiernos «reafirman su compromiso de fortalecer su ya cercana cooperación en cuanto a seguridad aérea».
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció simultáneamente desde Washington que eliminará las barreras legales que pesan sobre los vuelos con Cuba, que antes solo podían partir o llegar de 22 aeropuertos pero que ahora estarán sujetos a las mismas reglas que cualquier otro vuelo internacional.
«Estamos ejecutando la visión del presidente Barack Obama en nuestra relación con Cuba», destacó en una nota el subsecretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
«Al eliminar una regulación obsoleta, estamos eliminando una barrera para los viajes autorizados y beneficiando a la gente de nuestras dos naciones», añadió Mayorkas.
La firma del documento llega después de que el pasado 17 de diciembre, en el primer aniversario del anuncio del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, las partes anunciaran que habían logrado un entendimiento sobre aviación civil.
Las nuevas rutas y vuelos facilitarán sin dudas los viajes de estadounidenses a la otrora «isla prohibida», incluidos empresarios, y es un claro preparativo para más arribos de turistas de ese país, todavía excluidos por el embargo que aplica Washington por más de medio siglo.
Por el momento las llegadas de «yanquis» pueden compararse a un «goteo» si se tiene en cuenta la potencialidad y el interés en Cuba de ese mercado.
Los ciudadanos de Estados Unidos que viajan a la isla deben incluirse a sí mismos, hasta el momento, en 12 «grupos de interés» en diversos temas que excluyen las vacaciones, pero incluyen razones comerciales, religiosas, humanitarias y académicas, entre otras.
Esa situación podría no durar mucho. En 2015, según cifras no oficiales, estuvieron en Cuba unos 150.000 estadounidenses.
Pero 2016 puede haber un alza sin precedentes. Al cierre de enero último, el número de extranjeros que visitaron Cuba llegó a los 417.764, con los canadienses a la cabeza de la lista (173.727), Italia en segundo puesto (23.009), Alemania en tercero (21.473), y Estados Unidos (20.997), relegando a Francia a un quinto escalón (19.140).