Estaba con el carnicero al que buscaba la policía en Junín. Los identificó un chofer de micros.
Mía, la hija de seis años de la mujer asesinada junto a su hijo de tres años en El Palomar el lunes último, fue encontrada ayer sana y salva en la terminal de micros de la ciudad bonaerense de Junín junto al principal sospechoso del doble crimen, quien quedó aprehendido, informaron fuentes policiales y de la familia de la niña.
El propio ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, confirmó que fue el chofer de un micro que arribó ayer por la mañana a Junín quien le avisó a dos efectivos de la Policía Local que del colectivo se acababa de bajar un hombre con una nena, y que creía que se trataba de la niña desaparecida.
«El chofer llega a Junín en el micro y cuando bajan los pasajeros se arrima a los policías y les dice `creo que ese señor que salió caminando para allá, tiene a la nena que están buscando´», contó Granados, quien además agregó que «la nena está en perfecto estado».
Voceros policiales indicaron que los policías siguieron al sospechoso y a la nena y los interceptaron a un par de cuadras de la terminal.
El hombre resultó ser Enrique Alcaraz, el carnicero de 26 años que era intensamente buscado como principal sospechoso del doble crimen ocurrido la madrugada del lunes en El Palomar, donde fueron hallados asesinados a puñaladas la madre de la nena, Sabrina Martín (24) y su hijo varón de 3 años, Ian.
Según las fuentes, al ser interceptado, el sospechoso le dijo a los policías que la niña se llamaba Mía Alcaraz y que era su hija. Alcaraz quedó aprehendido y junto a la niña fueron trasladados a la Coordinadora Departamental de Investigaciones (CDI) de Junín, donde serán sometidos a una revisión médica.
Ayer al mediodía, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, los fiscales de Morón a cargo de la causa del doble crimen, Claudio Oviedo y María Cecilia Corfield, y una tía de la niña viajaron en helicóptero rumbo a la ciudad de Junín para reencontrarse con la nena.
Si bien no había sobre Alcaraz un pedido de captura formal, los investigadores creían que este hombre podía tener algún tipo de vínculo con el caso porque había desaparecido de todos los lugares que frecuentaba y tenía con la niña una relación muy cercana, de tipo obsesiva, en la que la trataba como su propia hija.
En base a esta sospecha, los pesquisas se entrevistaron con familiares, conocidos y amigos de Alcaraz y elaboraron un perfil psicológico para establecer el tipo de conducta que podía tener. Ayer por la mañana, los patrulleros que se hallaban en la puerta de la casa de las víctimas en El Palomar tenían una foto del sospechoso pegada en sus ventanillas.
Más de 500 policías de la provincia participaban ayer de la búsqueda de la niña y los fiscales Corfield y Oviedo pidieron ampliar la zona de búsqueda a localidades vecinas.
El doble crimen ocurrió durante la madrugada del lunes último cuando Sabrina y sus hijos Ian y Mía se hallaban en su casa de la calle Murillo 484, en la localidad bonaerense de El Palomar, de Morón. Según determinaron los peritajes, la madre y su hijo Ian fueron abordadas mientras dormían y el homicida asesinó al niño de 19 puñaladas y a Sabrina de 9.
Los pesquisas establecieron que la madre llegó a levantarse tras las primeras puñaladas, tenía como lesión principal un corte en el cuello y luego recibió tres puntazos por la espalda, cuando ya estaba caída al lado de una cama. Los forenses de la Policía Científica de Morón determinaron que el asesino utilizó un cuchillo de mesa con borde aserrado, el cual no fue hallado en la escena del doble crimen.