El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU un «acoso permanente» de Estados Unidos con «la mala utilización» del tema de los derechos humanos «para conspirar» contra su gobierno.
«El tema de los derechos humanos, mediáticamente concebido, occidentalmente concebido, para intentar marcar y aislar a nuestro país e intentar proteger a los que conspiran por destruir el sistema de Derechos Humanos que ha construido nuestra patria en los últimos 17 años», dijo Maduro en Ginebra.
Venezuela fue reelecta el pasado 28 de octubre como miembro del Consejo de Derechos Humanos (CDH) por un nuevo mandato de tres años, a raíz de lo cual Maduro reclamó hace una semana dirigirse al plenario del cuerpo, por lo que se organizó esta sesión especial.
Pero las palabras de Maduro estuvieron precedidas, por cuestión de horas, por la detención en Haití de un sobrino y un hijo adoptivo de su esposa, Cilia Flores, acusados de conspirar para ingresar cocaína a los Estados Unidos.
Durante su discurso ante el principal organismo de derechos humanos de Naciones Unidas, Maduro destacó que «no es la primera vez que un funcionario por allí le lanza a Venezuela acusaciones temerarias, tomadas de las agendas de acoso mundial, de la media imperial contra la patria de Simón Bolívar».
«Y no será la primera vez que derrumbemos las mentiras con la poderosa fuerza de la verdad que tiene nuestro país», advirtió, admitió el mandatario venezolano.
Maduro también se refirió a las protestas antigubernamentales del primer semestre de las 2014 conocidas como las «guarimbas» y sostuvo que «la operación violenta que incendio medio país» causó «43 víctimas mortales y más de 900 víctimas que han quedado casi muertos en vida».
«Uno por uno los casos han sido investigados y juzgados en el poder judicial venezolano al cual exijo respeto de quienes lo atacan de manera ruin y cobarde», dijo, en contraposición a las expresiones de altos representantes de derechos humanos de Naciones Unidas, que criticaron la violación de derechos fundamentales en el país latinoamericano.
El presidente del Consejo, el alemán Joachim Rücker, hizo por su parte una breve introducción a la sesión especial, organizada «como una cortesía», en la que recordó los deberes que implica ser miembro de la entidad, especialmente colaborar con los sistemas de control existentes.
«La última vez que un procedimiento especial (relatores especiales o grupos de expertos) visitaron Venezuela fue en 1996», enfatizó Rücker.
Defensores de los derechos humanos habían recordado en las últimas horas que Venezuela ha rechazado la visita solicitada por una decena de relatores para investigar distintas alegaciones de violaciones a los derechos humanos en el país.
Entre ellos están los relatores del derecho a la libertad de expresión, el de ejecuciones extrajudiciales, el de los defensores de derechos humanos, el de libertad de asociación, el de la violencia contra la mujer, el relator sobre la tortura, y los grupos especiales sobre detención arbitraria y sobre la relación entre negocios y derechos humanos.
En la misma línea, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, el jordano Zeid Ra´ad al Hussein, dijo por su parte, en un mensaje grabado, porque está en Nueva York, que Venezuela por haber sido reelegida miembro del Consejo tiene aún más responsabilidad.
Zeid no se limitó a la advertencia y denunció la presión a la que son sometidos los jueces y fiscales venezolanos, especialmente cuando lidian con «casos políticamente sensibles».
«El Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria y el Comité de Derechos Humanos, así como mi propia oficina, han expresado serias preocupaciones sobre la independencia del poder judicial en Venezuela, la imparcialidad de los jueces y fiscales y las presiones que enfrentan cuando se trata de casos políticamente sensibles», indicó Zeid.
Agregó en otro tramo que «una de las obligaciones primordiales de un Estado soberano es proteger los derechos humanos y defender incluso a aquellos -en efecto, especialmente aquellos- que no están de acuerdo con las políticas del Estado. Es así que construimos sociedades que son estables, resistentes y prósperas».
Maduro se dirigió al cuerpo tras estas intervenciones, pero no hizo ninguna mención explícita a las críticas y se limitó a decir que había venido a «decir la verdad» sobre lo que ocurre en su país.
De todos modos, la agencia ANSA afirmó que en una reunión posterior con representantes de medio centenar de países «amigos», el mandatario se quejó por el video de Zeid, al que calificó como «una vergüenza».
En su alocución ante el pleno, Maduro elogió lo logrado por la revolución bolivariana y atacó de forma explícita a Estados Unidos.
«Nuestro pueblo ha sufrido durante dos décadas el acoso permanente de los poderes imperiales de Estados Unidos, que se concretó especialmente en el golpe de estado de 2002», indicó.