En una entrevista posterior a su discurso del lunes en las Naciones Unidas, la Presidenta contó las gestiones del enviado de Barack Obama e insistió en la “hipocresía” que dice ver en cuestiones de política internacional.
La presidenta Cristina Fernández reveló más detalles sobre los temas abordados durante su discurso ante la Asamblea General de la Naciones Unidas, el último de su actual mandato al frente del Poder Ejecutivo. “A mí me gusta que la gente pueda entender lo que es la política internacional, con qué valores se maneja, con qué hipocresía, y que tenemos que privilegiar siempre los intereses de nuestro país”, aseguró la Presidenta, al remarcar al contraste entre el acuerdo nuclear celebrado por Estados Unidos con el gobierno de Irán y las críticas que sufrió la Argentina por la firma del Memorándum de Entendimiento con ese mismo país, con el objetivo de poder avanzar en la causa judicial por el atentado a la AMIA. La mandataria volvió a reclamarle a Estados Unidos por el ex agente de inteligencia, Antonio Stiuso. “Todo indicaría” que está siendo protegido por ese país, indicó CFK. Además, calificó como “un triunfo de los pueblos” a los nueve principios aprobados por la ONU sobre reestructuración de deuda soberana y criticó la actitud opositora de “ponerse a favor de Griesa” antes que del interés nacional. “La necedad de quien dice hay que pagar en efectivo, y que en ese momento tenía probabilidades de ser presidente, movió a que los fondos buitres no negociaran”, concluyó, en alusión al candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri.
Antes de regresar de su viaje a Nueva York tras participar de la Asamblea General de la ONU, Cristina Fernández grabó una entrevista con el periodista Gustavo Sylvestre para el canal C5N, en el hotel donde se hospedó.
Durante el reportaje, se detallaron las conversaciones mantenidas en 2010 entre el llamado “zar de las armas nucleares”, el norteamericano Gary Samore, y dos funcionarios del gobierno argentino.
La Presidenta relató que Samore, asesor de Barack Obama, había conocido al canciller Héctor Timerman cuando éste era embajador argentino en Estados Unidos. “Solía ir con frecuencia a la embajada porque admiraba mucho la labor en materia de energía atómica en Argentina y, fundamentalmente, nuestro rol de no proliferantes, o sea, en contra del armamento nuclear. Siempre alabó mucho esto y la capacidad de nuestros científicos en materia nuclear”, recordó CFK. Posteriormente, cuando Timerman es nombrado canciller, Samore viaja a la Argentina con una serie de asesores con el objetivo de solicitar colaboración para facilitar el acuerdo con Irán en materia nuclear.
El asesor de Obama mantuvo también otra reunión con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en donde reveló que junto a otros integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, estaban avanzando en las negociaciones con Irán para detener el proceso de enriquecimiento de uranio en ese país, pero que necesitaban que la Argentina le venda combustible para el reactor nuclear en Teherán, que funcionaba también con uranio enriquecido. “El combustible había sido diseñado y entregado durante la gestión del gobierno del doctor Raúl Alfonsín. Algo absolutamente normal, controlado por la OIA, la organización regulatoria en materia nuclear, en el año 87”, explicó Cristina Fernández. Para poder proveer ese combustible, la mandataria solicitó que Estados Unidos asentara el pedido por escrito. “Y bueno, nunca más apareció (Samore) por el barrio”, concluyó.
“Yo hablo de hipocresía porque ellos ya estaban en negociaciones con el gobierno de Ahmadinejad y cuando nosotros firmamos en 2013 un convenio para destrabar la causa AMIA se desataron todos los demonios como si hubiéramos firmado un pacto de no sé qué”, advirtió CFK. La Presidenta señaló, además, que en aquel momento la funcionaria encargada de la región en el Departamento de Estado, Roberta Jacobson, había afirmado que la Argentina no iba a lograr resultados con el memorándum porque “ellos no confiaban en los iraníes”.
Cristina Kirchner remarcó que se debe comprender que “la política internacional es algo muy complejo, delicado” y que se debe “privilegiar siempre los intereses de nuestro país”, lo cual “no significa estar aislados del mundo.
En relación con la causa AMIA, apuntó contra Stiuso, “la persona que intervino desde un primer momento del atentado en 1994 y el que después de la muerte de Nisman, con todas las revelaciones que se fueron dando, el que prácticamente manejaba al fiscal y lo proveía de toda la información, también aparentemente de servicios de inteligencia extranjeros”. La Presidenta señaló que los fiscales de la UFI-AMIA pidieron una alerta azul a Interpol, para averiguar su paradero, y que se pidieron explicaciones sobre la permanencia de Stiuso en Estados Unidos tanto al embajador de Estados Unidos en Argentina, Noah Mamet, como al propio gobierno norteamericano por parte de la embajadora argentina en ese país, Cecilia Nahón. “No hemos recibido ninguna respuesta”, reveló CFK, para quien “todo indicaría” que está siendo protegido por ese país.
La Presidenta también manifestó “dudas” respecto de la posibilidad de conocer la verdad del atentado a partir del juicio oral por el encubrimiento del caso, que se está realizando actualmente. “Han sido tantos años, tantos fracasos y tantas frustraciones. Hay figuras muy importantes, está el ex juez (Juan José) Galeano. Están los ex fiscales, que también han hablado sobre el rol del fiscal Nisman, de Stiuso. Y hay hechos también, se han encontrado notas en la fiscalía ahora, que se había ordenado la intervención de los teléfonos de la embajada de Irán, 45 días antes del atentado”, afirmó y ratificó que la AMIA “se había convertido en un tablero de ajedrez de política internacional”. “Por lo que uno puede ver ahora en perspectiva, los servicios de inteligencia habían tomado conocimiento de que se iba a producir un atentado”, agregó.
Fondos buitre
Al igual que el día de la votación, la Presidenta calificó como “una resolución histórica” a la aprobada por la ONU, con impulso de la Argentina, para limitar el accionar de los fondos especulativos. “Creo que ha sido un triunfo diplomático pero fundamentalmente político, económico y social, de los pueblos porque en definitiva Argentina reestructuró su deuda pero la situación está haciendo sufrir a muchos países y a millones de ciudadanos en el mundo”, sostuvo en relación a los 9 principios que contaron con el aval de 136 países, 40 abstenciones y sólo 6 votos negativos.
En una de las pocas alusiones a la política nacional, Cristina Kirchner cuestionó la actitud opositora ante el fallo de Thomas Griesa y el conflicto con los holdouts. “Una de las cosas poco inteligentes que hizo la oposición fue ésa, ponerse a favor de Griesa. Si realmente como correspondía ante una situación de esta naturaleza, toda la oposición hubiera tenido una posición monolítica respecto de la negociación, seguramente hubiera sido más fácil negociar para nuestro gobierno y seguramente hubiera sido un problema resuelto para el próximo gobierno. Pero la necedad de quien dice hay que pagarle en efectivo, y que en ese momento tenía probabilidades de ser presidente, movió a que los fondos buitre no negociaran”, consideró.
La mandataria explicó que el 7 por ciento que no ingresó a los canjes de deuda de 2005 y 2010 (los fondos buitres y los denominados “me too”) pretenden cobrar 20 mil millones de dólares, lo que equivaldría al 50 por ciento de lo que se le pagó al 93 por ciento restante que sí aceptó el canje. En esa línea, agregó que así como los fondos especulativos encontraron un juez como Griesa, los demás acreedores podrían encontrar otros magistrados “dispuestos a tirar todo abajo” si la Argentina accede a pagar lo que sostiene ese fallo. “Se hizo una interpretación disparatada, de la cláusula pari passu. Es una cuestión de sentido común, no es ideológica, no es dogmática, de sentido jurídico, de lógica pura”, concluyó.
Por otro lado, reivindicó la tarea diplomática llevada adelante tanto por el canciller Timerman como por la embajadora ante la ONU, Marita Perceval, y el ministro de Economía, Axel Kicillof.