San Luis (LaNoticia) 24-09-15. Félix Ortega señalaba en “Masculino y femenino en la identidad de la juventud” como uno de los elementos definitorios de la masculinidad de los jóvenes varones, el gusto por la velocidad, las motos y los autos veloces. Esta pauta de consumo juega un papel importante en el proceso de generización en occidente.
Luis Bonino en su artículo “Varones y comportamientos temerarios”, desarrolla la hipótesis de que los varones que se adhieren y rigidifican los mandatos de la masculinidad hegemónica tradicional son más susceptibles a llevar a cabo comportamientos aparentemente autodestructivos como fruto de la necesidad de demostrar la condición masculina mediante pruebas y demostraciones de arrojo.
He tomado estas hipótesis para aplicarlas al campo del mundo de las motos y de la Seguridad vial. La conducción de motos, ya sea temeraria o prudente, conlleva un alto nivel de riesgo, un gran peso económico y un cierto grado de incomprensión y prejuicios por parte del grueso de la sociedad. Mi tesis básica es que la moto constituye un elemento central de la autoestima masculina tradicional, un falo.
Los comportamientos de riesgo con motos no provienen de intentos auto-destructivos. Se tratarían de comportamientos identificados con la masculinidad hegemónica en la que los hombres deben negociar su condición mediante demostraciones públicas, y pueden ser entendidos como formas mediante las que los hombres pretenden conservar y salvar su propia imagen en el ámbito público -entendiendo por público no únicamente situaciones con presencia de otros sino situaciones en las que se actúa en referencia a otros-. Los hombres no solo pueden usar sus cuerpos sino que coquetean con el riesgo ya que `deben´ hacerlo para ser considerados `hombres´. Los daños que en ciertos casos ocurren como consecuencia de los comportamientos de riesgo son consecuencias no deseadas de diferentes intentos de probar y afirmar la virilidad.
Lamentablemente estos fundamentos antropológicos de carácter heteronormativos, el incremento de las motos por su fácil acceso a la compra, logrando así la autonomía de horarios y recorridos del servicio público de transporte, ha hecho que cada vez haya más motos en las calles. En consecuencia, también hay más accidentes viales.
Por otro lado nuestra ley de tránsito no permite llevar acompañantes en ciclomotores. En motos de mayor cilindrada se permite un solo acompañante. Pero más allá de estas prohibiciones legales, es importante saber que la moto con dos ocupantes se comporta de un modo completamente distinto: hay mucho más peso (hasta un 30 % más) que se concentra en la parte trasera. Por esta razón es importante que quien nos acompañe no genere movimientos que cambien la estabilidad del vehículo.
Las 10 causas generadoras de siniestros
1. Sobrepasar los límites de velocidad.
2. Sobrepasar vehículos o camiones por la derecha.
3. Hacer zig zag entre vehículos.
4. Conducir pegado al vehículo que lo antecede (para evitar el efecto del viento).
5. Cruzar las barreras bajas o adelantarse a los límites del paso a nivel cuando viene el tren.
6. Circular con más de una persona como acompañante.
7. Circular por la banquina en situaciones que no lo requieran.
8. Conducir utilizando el teléfono celular, incluso el sistema con “manos libres”.
9. Circular sin hacer uso del casco o llevarlo de forma inapropiada.
10. Conducir cuando se ha consumido alcohol o cualquier tipo de sustancia que pueda dificultar la conducción.
Secretos para manejar la moto con seguridad
Utilice siempre el casco correctamente abrochado ya que reduce notablemente las posibilidades de sufrir lesiones en el caso de un siniestro vial.
Contemple que por sus dimensiones, la motocicleta entrará con mucha facilidad en los ángulos ciegos de los otros vehículos.
No concrete la maniobra hasta no tener certeza de que lo hayan visto (hacerse ver).
Desestime conducir cuando las condiciones climáticas sean desfavorables ya que la visibilidad y la adherencia se verán disminuidas.
Para que la seguridad sea completa, se debe utilizar una indumentaria acorde que ofrezca protección: guantes, calzado correspondiente, prendas de tela especialmente diseñadas para este fin o con protección externa desmontable. De noche se aconseja utilizar también el chaleco reflectivo.
En conclusión, debemos entender las lógicas culturales que subyacen al uso actual de las motocicletas, scooter, etc, es una labor histórico-social, en la que se convierte en central las categorías de status social y de género. Desde nuestro lugar seguimos insistiendo que debemos invertir más en legislación, infraestructura, tecnología y educación. Y es todavía una labor a realizar… un gran desafío que tenemos por delante.