Tuvo el mismo status de Jorge “El Tigre” Acosta como jefe de Inteligencia del Grupo de Tareas 3.3. Estaba con prisión domiciliaria, al cuidado de su hijo. El domingo apareció muerto, aparentemente por un cuadro de asfixia provocado por humo. Harán una autopsia para confirmarlo.
Por Alejandra Dandan para Página/12
Oscar Rubén Lazón era una persona especialmente violenta. De bigotes, pelo negro y piel blanca, los detenidos desaparecidos de la Escuela d Mecánica de la Armada recuerdan sus ojos marrones cuando les hablaba con un vaso de whisky en la mano. Tuvo el mismo status de Jorge “El Tigre” Acosta como jefe de Inteligencia del Grupo de Tareas 3.3, en períodos distintos. Sucedió a Luis D´Imperio a fines de diciembre de 1979. Venía de la Jefatura de Inteligencia del Estado Mayor de la Armada (JEIN). Usaba el nombre de cobertura de Horacio Gurati. Fue parte de la ESMA que volvió a endurecerse hacia adentro y hacia afuera, sobre los sobrevivientes bajo libertad vigilada. Cuando llegó, ordenó el traslado del grupo Villaflor. Participó de la apropiación de Laura Ruiz Dameri. Pasó más tarde por la Escuela de Guerra Naval en España, destino de cobertura para tareas de inteligencia. Vivió escondido hasta 2003, cuando una investigación periodística lo descubrió en México. Murió en las primeras horas de ayer en su casa por un todavía supuesto cuadro de asfixia provocado por humo. Su hijo era garante de sus cuidados. Fue quien avisó al Tribunal Oral Federal 5, que lo estaba juzgando por primera vez en un juicio que se acerca al final, luego de casi cuarenta años, por delitos contra más de 170 personas.
“¡Otro más que se nos va impune!”, dice Víctor Basterra, sacudido por la noticia. Lanzón fue denunciado tempranamente por los sobrevivientes, pero no tenían su nombre real. Su imagen en cambio fue presentada en la Justicia en 1984 como parte del informe Basterra, que contenía las fotos de los represores que Basterra logró sacar de la ESMA. “En general no me alegro con estas cosas, no me gusta que no les toque lo que les tiene que tocar, que es la justicia –dice–. De alguna forma, con la muerte zafan.”
Los jueces del TOF 5 recibieron la noticia por un llamado de su hijo. Lanzón estuvo detenido en el penal de Marcos Paz pero fue beneficiado con la prisión domiciliaria con el acuerdo de las partes. Según la información del TOF, tenía problemas de equilibrio físico y ciertos desequilibrios emocionales, que generaban problemas de logística como la necesidad de compañía permanente. Esos problemas, sin embargo, no le impedían comprender ni que siguiera en juicio. Fue examinado con todos los acusados antes del comienzo de los alegatos. Estaba representado por un defensor oficial. Su hijo era el encargado de controlarlo. Llamó para informar que su padre murió por asfixia aparentemente causada por humo. La investigación quedó en manos de la fiscalía de instrucción de Ana Yacobucci. Intervino la Comisaría 39ª con quienes se comunicaron los secretarios del TOF. Durante el día, Bomberos trabajó en la casa para hacer un informe. Su cuerpo quedó en la morgue judicial para la autopsia. Anoche, la información más importante todavía era escasa. Con los antecedentes del caso, se intenta saber si la muerte fue producto de un accidente o hubo algo intencional de su parte. Tampoco se sabía si el hijo estaba en la casa en ese momento. Es posible que no, creen en el TOF, un dato que explicaría también las razones de un accidente.
Pero todo esto aún no se sabe. Sobrevivientes, fiscales y querellas quedaron inquietos. Basterra recordó el caso de Horacio Estrada, sucesor de Jorge Vildoza en la ESMA, primero difundida como suicidio y luego sospechada de “suicidado”. Andrea Bello recordó a Héctor Febres, muerto por envenenamiento. “Lanzón llegó a la ESMA cuando estaba en todo su esplendor represivo, por decirlo de alguna forma –explicó–. Vamos a evaluar ahora la información del juzgado a ver si hacemos algún pedido. Pero en un juicio tan largo como éste, cuando estamos entrando en los tramos finales y llegando a la sentencia, no es oportuno tener situaciones que no estén claras. Si efectivamente tenía problemas de esta naturaleza debería haber estado bajo algún recaudo mayor.” Desde la fiscalía también esperan los resultados de la autopsia que definirá la extinción de la acción penal. Pero el fiscal Guillermo Friele resaltó sobre todo la impunidad “como resultado de la demora de todos las etapas procesales incluidas en esta etapa de alegatos. Se siguen muriendo las personas tanto en la cárcel como en las casas, sin que se logre condena”.
Lanzón participó de la estructura represiva de la ESMA entre 31 de diciembre de 1979 al 28 de septiembre de 1981. Así lo describió la fiscalía. Tuvo como destino JEIN. Fue jefe del departamento de Inteligencia del Grupo de Tareas y tuvo calificaciones de Horacio Estrada y Edgardo Aroldo Otero, el sucesor de Jacinto Chamorro en la dirección del GT.
Lazón también era investigado por la apropiación de Laura Ruiz Dameri, hija de Silvia Dameri y Orlando Ruiz. Ellos fueron secuestrados el 4 de junio de 1980 con sus dos hijos mayores. Laura estaba embarazada de cinco meses. Dio a luz a una niña, Laura, en el sótano de la ESMA apropiada por el prefecto Juan Antonio Azic.