El animal dejó a la mujer inconsciente en un gran charco de sangre, para atacar a las otras dos víctimas a las que les provocó severas lesiones en brazos y piernas. Uno de los hijos pudo salir a la calle y pidió ayuda. El can fue contenido por la Policía y evaluaban sacrificarlo.
La madre y sus dos hijos sufrieron heridas de suma gravedad, al ser mordidos por su propio Pitbull mestizo, en un sangriento ataque iniciado cuando la primera alimentó a la cría del perro.
El grave incidente tuvo como epicentro una casa de avenida Aguirre Nº 1.450, entre Viamonte y Lavalle, barrio Primera Junta. Cerca de las 10:00 de la mañana, María Norma Elvira Escobar fue a los fondos a dar de comer a un cachorro, hijo de una perra mestiza y de «Renzo», un Pitbull mestizo que la familia había rescatado de la calle tiempo atrás.
Después, se trasladó al patio en busca de «Renzo», pero éste se le adelantó; sin que la mujer atinara a nada, el perro se le abalanzó y la derribó.
Desesperación
«Hijo ayudame, hijo ayudame», comenzó a gritar María, llamando a Marcelo Cuomo, de 33 años y de profesión peluquero. El joven fue en auxilio de su madre y contempló que el animal arrastraba a la mujer en medio de un charco de sangre. «Ni bien me vio, se me vino encima y casi me arrancó el brazo izquierdo; me provocó heridas de más de tres centímetros», relató Cuomo.
«La puerta hacia el patio estaba cerrada; mi madre estaba tirada y `Renzo´ la mordía por todos lados; ahora la pobre está grave; tiene cortes en la oreja izquierda y doble fractura en un brazo; también un duro golpe en la cabeza, tras caerse», subrayó Cuomo.
La agresión del can no terminó allí, continuó cuando intervino la hermana del peluquero, Roxana Cuomo, de 32 años.
«Durante 7 u 8 minutos, el perro se adueñó del patio; también mordió a mi hermana en un brazo y la fracturó; como vimos que no nos escucharía, salimos a la calle y pedimos auxilio».
En cuatro minutos, apareció personal de la Seccional Octava, pero antes, arribó una ambulancia y rescató a los hermanos Cuomo.
La policía ingresó a la casa y encontró a la madre de las víctimas en el suelo, literalmente bañada en sangre; a su lado, ya dócil, caminaba inquieto Renzo; con la boca ensangrentada.
Secuestros
Por orden de la Justicia, los investigadores secuestraron a los tres animales de la casa: «Renzo», a la perra y a la cría de ambos. El futuro de la hembra y del cachorro no era tan preocupante. Sin embargo, el horizonte para «Renzo» asomaba gris.