La Bolsa de Atenas registró importantes pérdidas en la primera jornada de cotización, tras pasar más de un mes cerrada. En el inicio de la jornada se desplomó un 23 por ciento y cerró con un retroceso general del 16. Los inversores que tienen su dinero depositado en bancos griegos sólo pueden comprar o vender títulos si pagan en efectivo o lo hacen con dinero procedente del extranjero.
El presidente del Comité del Mercado de Capitales, Kostas Botopoulos, advirtió que la Bolsa y los bancos sufrirán presiones en los primeros días de actividad, «teniendo en cuenta que deben recapitalizarse». «La Bolsa muestra lo que pensamos los inversores de la situación económica», explicó un experimentado broker a la agencia dpa. «Estaba claro que iba a ser un `lunes negro´, pero tenía que haber un comienzo que en algún momento nos devuelva a la normalidad», apuntaron otros.
Mientras tanto, las negociaciones del gobierno de Syriza con los acreedores continuaron centradas en cuestiones fiscales antes de pasar al capítulo de las privatizaciones, dos exigencias para el otorgamiento un nuevo programa de ayuda por 86.000 millones de euros.
«Si todos cumplen sus compromisos del 12 de julio (adoptados durante una cumbre de la eurozona), podrá haber un acuerdo», afirmó el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici, en declaraciones al diario griego «Ethnos». «Todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes, pero la cooperación constructiva a nivel técnico debería permitir que las negociaciones sobre el nuevo programa de tres años progresen rápidamente», agregó.
Los encuentros del gobierno con sus acreedores se producen en medio de una nueva huelga de los empleados de ferrocarriles, que protestan contra los planes de privatización de la empresa. Además, los médicos griegos iniciaron una protesta por las deudas que el servicio de salud griego (EOPYY) tiene con ellos: sólo atenderán a los pacientes si estos pagan en efectivo la consulta.