Unas 1.500 personas asistieron a una marcha convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el Colegio de Profesores en las calles céntricas de Santiago, y otras similares se produjeron en distintas ciudades del país, en demanda de una nueva Constitución y una reforma laboral, en medio de la desaceleración económica que padece Chile.
La manifestación arrancó en la Avenida Portugal y finalizó frente a la sede de la CUT, a unos 150 metros del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, sin que se registraran incidentes.
La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, dijo a los periodistas que se deben «empujar» las reformas que estaban comprometidas, en alusión a las limitaciones que tendrá el gobierno por la desaceleración económica y las prioridades que anunció este viernes la presidenta Michelle Bachelet.
Tras criticar al empresariado por expresar su oposición a los cambios en el ámbito laboral, la titular de la CUT señaló que «tenemos un camino complejo, pero cuándo no ha sido difícil. Estamos viendo lo que ha ocurrido por muchos años», acotó.
Bachelet, dijo este viernes en una reunión que sostuvo con su gabinete, que hay que actuar con «realismo», pero «sin renunciar» frente a un escenario económico un poco complicado, con un lento crecimiento y una persistente baja en la inversión.
«Tenemos que ser realistas y sinceros de cara al país. Los ciudadanos chilenos son sensatos y saben comprender que en la vida hay dificultades que exigen ordenar por un lado y jerarquizar las tareas», dijo la mandataria.
Refiriéndose al programa de reformas que ha impulsado aseguró que ha sido complejo, principalmente por su carácter institucional y de largo plazo, lo que dificulta valorar sus beneficios.
«Debemos reconocer -señaló- que la administración estatal no estaba preparada para procesar cambios estructurales simultáneamente».