El ex CEO de Torneos y Competencias, investigado por el escándalo de corrupción en la FIFA, estaba en Bolzano, Italia, y «se presentó espontáneamente» ante la Jefatura de Policía de la ciudad, dispuesto «a colaborar con la investigación». La Justicia italiana le otorgó prisión domiciliaria hasta decidir si lo extradita a Estados Unidos, mientras Interpol busca a los otros dos argentinos prófugos, Hugo y Mariano Jinkis.
La Policía de Bolzano emitió un comunicado donde explica que ayer por la mañana “agentes de la policía de Bolzano arrestaron a Alejandro Burzaco, 50 años, empresario de la televisión argentina, buscado por las autoridades de Estados Unidos por estar involucrado en la reciente investigación que condujo al arresto en Suiza de algunos dirigentes de la FIFA”.
El texto precisa que el hombre se entregó «espontáneamente acompañado de sus abogados», y explica que “mediante la coordinación del servicio de cooperación internacional de policía y del servicio central operativo, los investigadores verificaron la validez de la notificación, para después proceder al arresto de Burzaco”, quien “fue llevado, de acuerdo a lo dispuesto por la Autoridad Judicial, a la cárcel de Bolzano”.
El secretario de Seguridad argentino y miembro de Interpol, Sergio Berni, precisó que el directivo “se entregó a las 11:30 hora de Italia (06:30 de Argentina) junto a sus abogados para colaborar con la investigación”. “Los fiscales en Estados Unidos le tienen que tomar declaración cara a cara y para eso necesitan extraditarlo», pero será la ello.
“Tiene pasaporte italiano, lo cual puede hacer los trámites más engorrosos. Estados Unidos e Italia tienen convenios de extradición, pero depende siempre de la justicia donde es detenida la persona, no del país que lo requiere”, explicó.
Sobre los otros dos argentinos imputados en la causa por corrupción en la FIFA, Hugo y Mariano Jinkis, Berni indicó que “no hay mayores informaciones” de su ubicación, “por lo que continúan prófugos”.
De acuerdo a la investigación judicial en Estados Unidos, la firma Datisa -conformada por la brasileña Traffic, Torneos y Full Play- acordó pagar 100 millones de dólares en sobornos a dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para hacerse con los derechos de las Copas América de 2015, 2019 y 2023, además de con la Copa América Centenario de 2016.
El escándalo surgió luego de que siete altos dirigentes futbolísticos, entre ellos dos vicepresidentes de FIFA, fueron detenidos el 27 de mayo en Zúrich por la policía suiza en una operación que sacudió los cimientos del ente rector del fútbol mundial. El escándalo llevó a su presidente, Joseph Blatter, a anunciar su próxima renuncia y convocar nuevas elecciones.