El cese de comercialización de granos y carnes convocado por la Mesa de Enlace comenzó este lunes y se extenderá hasta el jueves a la medianoche. La medida es en protesta por la decisión oficial de elevar tres puntos los derechos de exportación a la soja y sus derivados. Varias organizaciones de base, fundamentalmente las nucleadas en Confederaciones Rurales Argentinas, combinarán el lockout con protestas a la vera de las rutas, pero prometen que no habrá cortes. El paro es objetado por diversas regionales de Federación Agraria, situación que forzó a la conducción a dejar en libertad de acción a sus afiliados, pese a haber apoyado la medida. En el gobierno también dejaron trascender su malestar por una medida.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, consideró este fin de semana que “el Gobierno tiene un diagnóstico equivocado, una visión equivocada. Se piensa que el sector tiene margen para tributar y no tenemos un peso más». «Están demostrando que hay una bronca ideológica, muestran un punto de vista sobre el campo que está equivocado», agregó Chemes. «Comprendo que el Estado tenga necesidad de recursos financieros, pero se tiene que entender que el campo viene con presión impositiva fuerte y que no se tiene en cuenta. Siempre se viene a buscar recursos al mismo lugar», agregó el empresario.
Desde el gobierno responden que el impacto fiscal de la suba de las retenciones a la soja será neutro porque se combina con rebajas a otros cultivos y un esquema de compensaciones para los productores más chicos. «El impacto fiscal es neutro, pero en términos de equilibrio social y territorial es un avance importante, porque le exige un sacrificio a los que más tienen y distribuye a favor de los más pequeños y de las cultivos regionales», sostuvo el ministro de Agricultura Luis Basterra.
Además de subir las retenciones a la soja y sus derivados, el decreto 230/20 rebajó las retenciones de otros 22 productos, mientras que otros 20 no tendrán cambios. Entre los cultivos beneficiados por la baja del derecho de exportación sobresalen harina de maíz, arvejas, porotos, garbanzos y lentejas (bajan de 9 a 5 por ciento); maní (12 a 7 por ciento); harina de trigo (9 a 7 por ciento); girasol (12 a 7 por ciento), girasol confitero y aceite de girasol (12 a 5 por ciento). También bajan los derechos de exportación al maíz pisingallo, que se usa para pochoclo (9 a 5 por ciento); arroz paddy (12 a 6 por ciento); y arroz pulido (9 a 5 por ciento). A su vez, la suba será del impuesto al cultivo estrella de la Argentina será acompañada por un esquema de compensaciones que beneficiará a 42.406 unidades productivas, el 74 por ciento de los productores. Los que terminarán afrontando el aumento son 14.884 grandes productores, el 26 por ciento del total, que concentran el 77 por ciento de la producción.
El presidente de la Federación Agraria, Carlos Achetoni, ratificó su apoyo a la medida de fuerza de la Mesa de Enlace agropecuaria para «mantener la unidad» pero advirtió que no van a «admitir una escalada». El dirigente admitió que haber acompañado la medida puede en un futuro costarle caro y explicó que dentro de la Federación hay una diversidad de opiniones «muy importante» y que por eso dieron libertad de acción. Achetoni consideró además que los derechos de exportación son «impuestos extorsivos» y que es necesario reemplazarlos con un impuesto a las ganancias «progresivo» de manera que distinga diferente al pequeño, mediano y gran productor.
El ex presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, aseguró que «es lamentable la decisión de ir a un paro» y dijo estar «sorprendido» por la adhesión de la entidad a la medida de fuerza. «Lamentablemente, hoy se impone un sector que alienta la protesta más allá de la lógica política y de la negociación que está abierta», expresó. Dirigentes de la filial Tandil de la Federación Agraria, una de las más poderosas por la región que representa, adelantaron que no se sumarán a la medida de fuerza; mientras que el Distrito III de la FAA Entre Ríos dijo que adhiere porque «en Entre Ríos se mantiene la unidad de los productores y sus entidades, como un mandato indiscutido de las bases».