Fuerzas Militares de Chile empiezan este miércoles a desplegarse a 12, de las 15 regiones del país, para verificar el cumplimiento de un nuevo toque de queda decretado por el presidente de la Nación, Sebastián Piñera.
Las zonas donde rige la medida son Arica, Antofagasta, Calama, Tocopilla, Iquique, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Rancagua, Talca, Concepción y Santiago (capital).
A pesar de la medida y de acciones represivas por parte de carabineros y militares, las personas aún se mantienen movilizadas y con cacerolas exigen una vida digna y la salida del Gobierno presidido por Piñera.
Por su parte, el ministro de Secretario General de la Presidencia, Gonzalo Blumel, defendió las medidas económicas optadas por el Ejecutivo, aludiendo que representan un primer paso sólido para dirimir la crisis social que padece el país.
«Las medidas buscan dar un apoyo y un alivio a las familias chilenas de clase media y sectores vulnerables; este es un primer paso importante, nos permite avanzar en la recuperación de la confianza», indicó Blumel.
El ministro reiteró que los anuncios del presidente, en temas como pensiones, tarifas eléctricas, salud y salario, permiten terminar con miedos de la clase media, «la agenda social permite acabar con los temores de los más vulnerables de enfermarse y de perder el empleo», agregó.
La diputada por el Partido Comunista, Carmen Hertz, rechazó las medidas optadas y las calificó como leves, «ninguna medida de fondo subsidios, mijagas, nada de tocar el modelo de apropiación de los salarios, y de goce de rentistas improductivos a costa de la inmensa mayoría», añadió.
Este es el quinto toque de queda anunciado por el Gobierno chileno desde el inicio de las manifestaciones por el alza en el precio en el transporte público.