Mauricio Macri levantó la bandera blanca. Por ahora. El Gobierno venía oscilando entre dos líneas: una en la que planteaba la estabilización de la economía y otra en la que buscaba la polarización con el kirchnerismo. Esta última, desde el 14 de agosto, estaba a cargo de otros voceros como Miguel Angel Pichetto y Elisa Carrió. En la reunión de Gabinete posterior al anuncio del control de cambios, Macri pidió dar de baja la línea agresiva hacia su adversario Alberto Fernández, al menos por el momento, y sostuvo que la prioridad es la estabilización de la economía. El Presidente eligió no decir nada sobre las nuevas medidas de control de cambios. Derivó las explicaciones en su ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y en el presidente del Banco Central, Guido Sandleris.
La campaña negativa, a la que el oficialismo recurrió hasta las PASO y poco más, había quedado golpeada tras la derrota. Luego del mal resultado de esa primera conferencia de un Macri maldormido y triste -según sus palabras-, tuvo que desdoblar la estrategia: el Presidente se dedicó a transmitir el discurso de la «estabilización» de la economía y el buen diálogo con su adversario Alberto Fernández, mientras que otros voceros continuaron con la polarización. Entre ellos estaban, sobre todo, Pichetto, Carrió y Patricia Bullrich. Esta línea se reflotó con más fuerza tras la movilización del 24-A, pero el brío les duró solo unos días, hasta que las caídas de las reservas volvieron a poner al oficialismo contra las cuerdas.
En la reunión de Gabinete que encabezó Macri este lunes, con la presencia de sus espadas parlamentarias como Federico Pinedo, el mandatario pidió frenar esa línea de confrontación y darle prioridad a la estabilización de la economía. Para algunas de las presentes, como Patricia Bullrich, esa decisión podría equivaler a una rendición incondicional. Otros integrantes del oficialismo, como María Eugenia Vidal, la venían pidiendo hace semanas y ya la aplicaron en sus propias campañas. También el sector político –donde se cuentan el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, o el de Justicia, Germán Garavano– ve con buenos ojos no reincidir en un discurso que no les sumó. No obstante, Macri no descartó retomar esa campaña negativa en algunas semanas.
A la salida del encuentro, Macri esquivó a la prensa y no se refirió al nuevo paquete de medidas que lanzó. Solamente dejó un «estoy tranquilo» para las y los periodistas. En el primer día después del anuncio del control de cambios, el mandatario delegó el anuncio en su ministro de Hacienda y en el presidente del Banco Central. También suspendió su visita a la UIA en el Día de la Industria, donde hubiera tenido que referirse al tema. No obstante, voceros del Presidente indicaron que no hay una decisión de esconder al mandatario y que, tarde o temprano, terminará hablando del tema. No está todavía decidido cuándo. Como informó este diario, Macri tenía la medida en carpeta hace semanas y la postergó todo lo que pudo, hasta que las circunstancias fueron tan críticas que se quedó sin alternativas.
El Presidente tuvo un encuentro con el Grupo de Acción Política de Juntos por el Cambio, en donde están Vidal y Larreta, pero también Carrió. De la reunión, donde se evaluaron positivamente las nuevas medidas, formaron parte también Lacunza, Pichetto, Frigerio, Bullrich y los radicales Gerardo Morales y Mario Negri. No está claro si Macri aprovechó para comunicarle a Carrió la idea de bajar la campaña negativa en forma transitoria. Tampoco si ella le hará caso. En su entorno dijeron que la reunión fue «buena y ella prestó su acuerdo a las medidas».
A la salida del encuentro, el candidato a vicepresidente Pichetto sostuvo que vieron «buenos efectos» en el primer día tras los nuevos controles. «Hay confianza de que estos efectos positivos se van a ir consolidando, es muy importante el rol del ministro Lacunza comunicando y transmitiendo a la sociedad la necesidad de tranquilidad. Los bancos están sólidos y la gente no tiene que correr a buscar los dólares», insistió Pichetto, algo que ya había sostenido en declaraciones previas. Antes se animó a más y dijo que, si Macri gana las elecciones, todas las medidas de control se levantarán al siguiente día. Pichetto sostuvo que sólo hablaron de las medidas económicas y no conversaron sobre la campaña. Todavía resta ver qué campaña es posible para el oficialismo en este contexto económico.