Por:
Johana Gómez.
Referente provincial del PTS / Frente de Izquierda.
En estos últimos días, el escenario mediático nacional estuvo colmado por el peronismo en sus diversas variantes.
La presentación del libro “Sinceramente”, escrito por Cristina Kirchner; la contundente victoria electoral del reelegido gobernador Juan Schiaretti en la Provincia de Córdoba; y, por último, la reunión y mesa nacional del PJ del pasado martes, en la que cientos de dirigentes peronistas posaron para la foto junto a la ex presidenta de la Nación; fueron los grandes hechos de los que hablaron todos los medios de comunicación.
En cada uno de ellos, las palabras “contrato social”, “conciliación nacional”, “unidad nacional” y “frente patriótico” se repitieron infinitas veces. No fue ni es casualidad. Ya se acercan las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto para elegir las candidatas y los candidatos que competirán por la Presidencia de la Nación en las Elecciones Generales de octubre, y – por ello – aquéllas palabras se traducen en la clásica y tradicional frase que reza que “para todo peronista no hay nada mejor que otro peronista”.
Lo que pasó en la última cumbre del PJ no es más que una confirmación de lo que ya viene haciendo este partido en cada una de las provincias en donde se han adelantado las elecciones (Neuquén, Mendoza, Santa Fe, Córdoba, entre otras): preparar el terreno para el armado de una gran coalición electoral encabezada por el peronismo, utilizando el sistema de las PASO para dirimir todo tipo de diferencias, asperezas y rivalidades entre las figuras que apuestan al sillón de la Casa Rosada (Cristina, Lavagna, Massa, Scioli, Solá, Urtubey, etc.).
De fondo, es decir, lo que no se puede ver a simple vista, en las fotos o la televisión está el programa político de semejante “unidad” para dar respuesta a la crisis actual y su profundización durante el 2020 y los años siguientes.
Un programa que – gracias a las gestiones de Axel Kicillof en EE.UU. – no resulta para nada alarmante en las oficinas del Fondo Monetario Internacional, ya que bien sabido es por todo el mundo financiero que los gobiernos del PJ, principalmente, de color kirchnerista, son “pagadores seriales” de todo tipo de deuda, sea cual fuere su origen o por más ilegal, ilegítima o fraudulenta que sea.
Es más, todo dirigente o candidato peronista sabe muy bien que lo primero que tiene que decir es que no va a romper con el FMI y que va a seguir pagando la deuda, si llegara a ganar las presidenciales de este año, asumiendo en el gobierno.
Ahora bien, lo que nunca va a decir ese dirigente o candidato – porque piantavotos – es que para afrontar la supuesta re-negociación con el Fondo Monetario (de la que tanto sacan “chapa”) y para cumplir con tales pagos de deuda ($40 mil millones de dólares por año) su programa político, y el que le imponga el FMI, le demanda ajustar contra el pueblo trabajador.
De lo contrario, un futuro gobierno nacional peronista tendría que hacerle pagar el ajuste a los sectores más ricos del país y al gran empresariado, medida que – lógicamente – nunca tomaría porque el mismo Partido Justicialista está integrado y es financiado por aquéllos.
Es por todo ello que la única vía realista para acabar con la crisis actual es la que plantea el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) a través de su pre-candidato presidencial, Nicolás Del Caño: Romper con el FMI; declarar el NO pago de la deuda; nacionalización de todo el sistema bancario; y monopolio estatal del comercio exterior.
De la mano de estas medidas claves, se podrán evitar las catástrofes que el kirchnerismo agita como fantasma para justificar su camino de seguir siendo “pagadores seriales”. Y, además, serán el punto de partida para frenar el saqueo y reorganizar la economía en favor de los intereses de las grandes mayorías.
La lucha por este programa implicará avanzar en la organización independiente de la clase trabajadora y el pueblo pobre, echando a la burocracia de los sindicatos, y asumir – a partir de la propia experiencia – el objetivo de conquistar un gobierno de las trabajadoras y los trabajadores de ruptura con el capitalismo.